La quinta ola sigue avanzando entre cifras disparadas de contagios, el restablecimiento de restricciones por parte de varias comunidades e imágenes de botellones desalojados. La postal empieza a ser habitual en los veranos de pandemia, con el avance de la vacunación como novedad: una diferencia sustancial, pero de momento insuficiente para frenar la transmisión. Mientras España supera la incidencia de la segunda ola, las preguntas sobre el futuro próximo también aparecen: ¿hasta dónde llegará este nuevo embate del coronavirus? ¿Cuándo alcanzará su pico?
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) ya reiteró que la variante delta supondrá el 90% de los positivos en el continente a finales de agosto, en una semana en que los contagios aumentaron un 64% respecto a la anterior. Según el organismo, esta versión mucho más transmisible del virus podría "obstaculizar seriamente los esfuerzos para controlar la pandemia", después de un repunte generalizado por "la relajación de las intervenciones no farmacéuticas".
El lunes, antes de que la incidencia acumulada a 14 días superara los 500 casos, Fernando Simón apuntó a "una reducción de la velocidad del incremento", que "indicaría que estamos entrando en una fase progresiva de estabilización de la transmisión". "Pero depende mucho de las medidas de control por parte de los grupos donde se están produciendo los contagios. Sí creo que estamos en la fase de llegar al pico, pero no puedo decir la fecha", puntualizó el director del CCAES, que subrayó que el aumento de contagios empieza a notarse en la ocupación hospitalaria.
"Dependerá, como siempre, de las medidas que pongamos para atajarla y de cómo nos comportemos. Si aplicamos más restricciones, se frenará antes", dice Salvador Macip, médico e investigador de la Universidad de Leicester y la UOC. "Pero es posible que estemos llegando espontáneamente ya al pico debido a la rapidez con la que está circulando el virus entre la población más joven. Cuando se haya infectado un número suficiente, la circulación del virus disminuirá", agrega el científico, para quien la ola actual "es en gran parte debido a la aparición de la variante delta".
Los últimos datos de Sanidad indican que la incidencia en la franja de 20 a 29 años es la más alta, con 1.666 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, seguida por la de los jóvenes de entre 12 y 19 años (1.385) y un poco más de lejos por quienes tienen entre 30 y 39 años (713). Ningún otro grupo supera por el momento el nivel de 500 positivos, mientras varias comunidades vuelven al toque de queda poco después de un mes de su final.
"Si se actúa con firmeza y se ponen en marcha los toques de queda, se cierra o se limita el ocio nocturno y de reducen las interacciones sociales desprotegidas, podríamos alcanzar el pico a fines de julio o principios de agosto", cree Daniel López Acuña, epidemiólogo y ex directivo de la OMS. "Pero la incidencia tardará en descender a niveles razonablemente seguros y manejables hasta avanzado septiembre", advierte.
En esa línea, habrá que prestar atención a lo que ocurra en Reino Unido, que ha marcado el ritmo de contagios en las últimas semanas (con España cerca en la curva) y levantará todas sus restricciones el lunes en el último paso de su desescalada. Un grupo de investigadores del Imperial College de Londres ya proyectó tres escenarios de tercera ola en el país tras el Freedom Day.
En un primer escenario, el final de las limitaciones tal como está previsto provocará "una tercera ola de contagios", aunque su magnitud es "incierta" y dependerá de la protección cruzada, la efectividad de las vacunas frente a la variante delta y el nivel de interacción social. Sin embargo, sí es probable que haya una importante oleada de hospitalizaciones y muertes, con 9.400 en el mejor caso y 115.800 en el peor de aquí al 1 de junio de 2022.
En un segundo escenario, si los británicos mantienen voluntariamente las restricciones actuales hasta el 1 de septiembre, el pico de la ola se retrasará un mes, las muertes y contagios se reducirán en comparación al primer escenario y el máximo de ingresos será un 30% menor respecto al escenario 1. En el tercer supuesto, aplazar el levantamiento total de las restricciones hasta el 16 de agosto retrasará el pico de hospitalizaciones hasta octubre, lo que dará tiempo adicional para poner en marcha campañas de vacunación de refuerzo.
Al margen de las proyecciones, la quinta ola ha demostrado que un alto nivel de vacunación no bastará para evitar nuevos golpes del virus. El peligro que representan las nuevas variantes, el gran talón de Aquiles del final de la pandemia, continúa muy vigente. Para López Acuña, la posibilidad de nuevas olas tras esta quinta tendrá que ver con varios factores relacionados:
Macip, en tanto, recuerda que será importante "vacunar rápidamente a la población mundial" para reducir la circulación del virus y que, como consecuencia, el riesgo de nuevas variantes disminuya. Pero el experto apela a otros factores, incluyendo la suerte. "Nada garantiza que una nueva variante tenga que ser más agresiva que las anteriores. Finalmente, es una cuestión de selección natural: a pesar de que, sobre el papel, una variante parezca peor que las anteriores no quiere decir que se vaya a convertir en dominante", concluye.