El Crossfit les ha cambiado la vida. Hace unos años no sabían que existía este deporte, hoy no pueden vivir sin practicarlo. Su día a día es ahora más fácil. Suben más rápido las rampas del autobús, son mucho más autónomos y se sienten mucho más fuertes.
Es la historia de Àlex, Lucía y Janella, tres atletas adaptados que practican Crossfit en Barcelona. El Crosffit es un deporte de alta intensidad que consiste principalmente en combinar todo tipo de movimientos funcionales que hacemos durante el día. Hasta hace tres años no contemplaba la parte adaptada con un atleta con discapacidad, pero poco a poco ha ido tomando fuerza y solo en Barcelona son más de 50 los atletas con todo tipo de discapacidad que lo practican.
Limited Edition Atletes es la asociación de referencia que ofrece sesiones de Crossfit adaptada en distintos box de la ciudad. Nació de la mano de Marc Gil, su fundador, con el objetivo de mostrar a la sociedad que “en el mundo hay diversidad de personas con todo tipo de capacidades”.
Marc siempre había practicado deporte pero a los 18 años le diagnosticaron una enfermedad visual que le impedía poder competir. Fue entonces cuando decidió ofrecer a otras personas con discapacidad la posibilidad de practicar Crosffit y creó la asociación. El objetivo de Marc es adaptar cada sesión de manera que cada atleta reciba el mismo estímulo en función de sus capacidades. “Cada persona tiene un umbral de rendimiento y cada atleta aprende cuáles son sus límites, hasta dónde puede llegar y qué puede hacer. Exigimos a cada atleta en función de sus capacidades”, explica Marc a NIUS.
A Àlex, Lucía y Janella LEA y el Crosffit les ha cambiado la vida. Tienen la oportunidad de poder practicar un deporte que “les llena y les hace feliz” y se sienten que forman parte de una familia. Ya no son los diferentes del grupo.
Àlex padece una parálisis cerebral infantil que le imposibilita mover todo el tronco inferior. Lleva años conviviendo con su silla de ruedas que le permite moverse por los sitios y ser completamente autónomo. Nunca había practicado ningún deporte, llevaba muchos años apuntado al gimnasio, pero nunca iba porque no le motivaba y se sentía diferente a sus compañeros.
Fue descubrir el Crossfit y se le abrió el mundo. Su hermano mayor le animó apuntarse, al principio le asustaba, ya que parecía un deporte pensado solo para “personas sin discapacidad”, pero echó coraje e hizo su primer entreno en el box.
“Al principio tenía miedo, era el único atleta adaptado, pero me aceptaron muy bien”, explica Àlex a NIUS, mientras levanta una mancuerna de 15 kg. Poco después descubrió que en Barcelona hacían entrenos de Crossfit adaptados a personas con cualquier tipo de discapacidad. “Venir a este box de Crossfit implicaba hacer una hora y media de trayecto en tren y metro, pero como quería hacerlo no me importaba. Es lo mejor que he podido hacer”, dice orgulloso. El joven asegura que el hecho que todos tengan un hándicap hace que se ayuden entre ellos “alomejor a mi me ayudan a subir la rampa y yo ayudo a los que tienen déficit visual a pasarles las mancuernas”.
Lucía cuando vio los primeros vídeos de gente practicando Crossfit se asustó. Pensaba que era incapaz de practicarlo y que ese deporte no era para ella, pero decidió intentarlo. Sufrió un infarto medular cuando tenía 11 años y desde entonces tiene paralizado el cuerpo desde el pecho. El primer día de clase lo tomó como prueba para ver hasta dónde podía llegar y experimentar sus capacidades.
Se enamoró. Le fascinó el deporte y ver cómo día a día mejoraba. Con mucho sudor, esfuerzo y constancia, hoy piensa en sus inicios y se siente satisfecha. Ha adelgazado, sube mucho más rápido las rampas del metro y se siente mejor consigo misma y su vida es ahora “mucho más simple y llevadera”.
“Crossfit es como descubrirme, reinventarme, cada día es un día nuevo y siempre hay algo nuevo que pueda hacer”, explica contenta a NIUS. Ir a Crossfit para Lucía no es solo hacer deporte, sino socializar y sentirse parte de un grupo.
Cuando Jannela empezó a hacer Crossfit su vida cambió. Nunca había practicado deporte ya que se sentía incapaz al tener una malformación en la mano de nacimiento. Con el Crossfit se dio cuenta que podía hacer más cosas de las que pensaba y ahora se siente más fuerte que nunca.
Cuando descubrió este deporte no existía la versión adaptada, “siempre entrenaba con personas sin ningún tipo de discapacidad y con LEA fue la primera vez que compartí el deporte con personas con otro tipo de discapacidad”, explica a NIUS.
Jannela lleva cuatro años practicándolo y asegura que el cambio ha sido monumental. Tres años después, ha notado una mejora a nivel de resistencia, emocional y personal. Ha pasado de levantar 10 kg a utilizar mancuernas de 35 kg. Su técnica ahora es mucho mejor y asegura que ha crecido “tanto como atleta como persona”.
En el box de Nou Barris se sienta que forma parte de una familia. “El crossfit o lo amas o lo odias”, asegura Jannela, quien se considera una apasionada amante de este deporte.