Hay dos fechas importantes en la vida de Cristina Paredero, una joven madrileña con síndrome de Asperger. El día en que sufrió una esterilización forzosa, "coaccionada y manipulada por sus padres", como ya relató a NIUS. Y esta de ahora, la fecha en la que ha recibido el Premio Nacional de Juventud 2021, en la modalidad de Derechos Humanos, por dedicar su vida a luchar para que ninguna mujer con discapacidad vuelva a sufrir algo así.
"Este viernes 22 de octubre de 2021 ha sido el día más feliz de mi vida", reconoce Cristina. "Aún no me lo creo. Estoy entre el asombro y el orgullo". La Fundación CERMI Mujeres, a la que pertenece, propuso su candidatura. "Me imagino que por haber sido la cara visible en medios de comunicación contando mi realidad y la realidad de las mujeres esterilizadas, mujeres que normalmente no pueden hablar porque están previamente incapacitadas o sus tutores no les dejan. Incluso muchas de ellas ni siquiera saben que han sido esterilizados a la fuerza, porque no les han pedido ese consentimiento", denuncia.
Su lucha saltó también al plano político. Cristina ha formado parte de varias comisiones con senadores y diputados, contribuyendo a que en diciembre de 2020 se aprobara la Proposición de Ley Orgánica de modificación del Código Penal que desterraba al fin la esterilización forzosa de personas con discapacidad de nuestro ordenamiento jurídico.
Pregunta. Vas acumulando hitos. Me imagino que ese fue otro de los días importantes de tu vida...
Respuesta. "Desde luego. Pero fue solo el primer paso. Aún queda mucho camino por recorrer para erradicar por completo esta práctica atroz. Hay muchas cosas todavía por hacer para acabar con ella por completo", insiste Cristina. Hace falta mucha más sensibilización, y otros métodos de empoderamiento. Formación e información para todas aquellas personas que forman parte de este proceso, porque al final no es solo un tema familiar, implica muchos más factores, es un tema social, de desprotección, de violencia contra quien es diferente", destaca.
P. Tu lucha es también para que las mujeres con discapacidad tengan un acceso más fácil al diagnóstico, a ti te costó muchos años conocerlo...
R. Yo sé lo que es sentirte diferente, rara, extraña, que te desprotegan y te vulneren porque te digan que eres inferior, que no vales nada, que nunca conseguirás cosas por méritos propios, que te consideren incluso una carga. Es muy duro vivir con ese discurso y ese es un discurso que tristemente afecta a muchas mujeres autistas, porque el acceso al diagnóstico es muy difícil para nosotras. El Asperger en femenino no está bien visibilizado, está poco reconocido, y eso hace que muchas mujeres con esta discapacidad estén mal diagnosticadas y el no tener un diagnóstico correcto y fiable hace que muchas personas no encuentren su lugar y estén como yo estaba hace un tiempo, perdida y creyéndose todas estas mentiras, todas estas cosas que nos dicen, que no hacen más que acentuar la desigualdad y que son fruto del desconocimiento.
P. Este premio cierra la boca a todos los que te han tratado así a ti o infravolaran a diario a las mujeres con discapacidad...
R. Sí, a mi no me gustan las revanchas, pero en cierto modo es así. Sobre todo el premio me da alas y fuerzas para seguir visibilizando todas estas realidades. Para seguir gritando al mundo que existimos, que somos personas, que tenemos los mismos derechos que el resto. Eso es algo que no se puede vulnerar, que no se debería vulnerar. Pero desgraciadamente todas aquellas personas que se salen de la norma son eternamente vulneradas, están eternamente desprotegidas y acaban sufriendo en muchos casos violencia. Impedirlo es el leit motiv de mi vida. Queremos sentirnos libres y felices, como todo el mundo. Tampoco es mucho pedir.
P. En este sentido creo que eres la creadora de un programa muy innovador...
R. Sí, se llama TEA-puntas. Es cierto que la idea original se me ocurrió a mí y la ha puesto en marcha la asociación Asperger Madrid, a la que pertenezco. Necesitábamos un lugar donde relacionarnos, que estuviera totalmente autogestionado por personas autistas, sin necesidad de intervención ninguna, de personas técnicas, neurotípicas o del entorno. Y eso es TEA-puntas. Un lugar donde podamos ser nosotros mismos. La verdad es que ha tenido bastante éxito.
Los encuentros los hacemos ahora mismo todos los tercer viernes de cada mes. Y se realiza en la sede o con los medios que pone la asociación Asperger de Madrid.
P. ¿Pero en qué consisten, reuniones, fiestas...?
R. Son reuniones de todo tipo. Eso es lo bueno del TEA-puntas. Nosotros no marcamos el objetivo, los temas de las reuniones. Cada persona puede hablar realmente de lo que quiera. Cada persona puede sentirse libre de hacer lo que quiera porque ya bastantes limitaciones y normas de educación, de conducta nos imponen a las personas autistas en en el resto de espacios de la sociedad.
Por ejemplo, ahora tenemos prevista una fiesta de Halloween. Pero si alguien acude y no le apetece participar y se quiere poner a jugar o a hacer otra cosa, es libre de hacerlo. Se fomenta sobre todo ese espacio de diversidad donde cada uno pueda hacer lo que quiera, sin temor a ser juzgado. Y por supuesto, en un ambiente en el que haya otras personas autistas con las que compartir intereses y preocupaciones.
P. ¿Qué te han dicho tus amigos del premio?
R. Todo el mundo está feliz, el premio es de ellos también. A mi me gustaría dedicárselo a todas las mujeres con discapacidad que han sido esterilizadas como yo. No soy la única, soy la más visible pero hay muchas más. El premio debería ser para cada una de ellas, para todas esas mujeres que teniendo muy pocos medios y muy poco apoyo siguen luchando para salir adelante.
P. ¿Tienes 29 años y ya has cumplido muchos sueños. Te queda alguno?
R. Sí, mi verdadero sueño, el sueño que todavía me queda por cumplir es conseguir hacer de todo esto mi trabajo, conseguir un empleo remunerado, que me permita ser independiente, un trabajo de formadora en igualdad, para eso he adquirido y sigo adquiriendo conocimientos, a los que se suma mi experiencia, además estudio periodismo... Ahora consigo ingresos puntuales de esta forma pero sueño con tener un trabajo estable.
P. ¿Te puedo preguntar qué vas a hacer con el importe del premio?
R. Claro, los 5.000 euros del premio los voy a invertir en un proyecto personal de vida, que es conseguir por fin vivir de manera independiente en mi propio piso, con mi pareja, apostando por una vida autónoma. Ahora vivimos en un piso tutelado, con otras personas con discapacidad. El acceso a la vida independiente también es algo que a las personas con discapacidad se nos niega, muchas veces por dinero, muchas veces por prejuicios. Entonces creo que lo mejor es invertirlo en ese primer paso hacia una vida independiente. Tener mi lugar, mi espacio íntimo es algo que me corresponde por derecho.