Nadie oyó nada del crimen. Fue la noche del domingo cuando en un domicilio de Mataró encontraron el cuerpo sin vida de una niña de 13 años. Estaba en su habitación con una herida en el cuello. La menor llevaba varios días viviendo sola con su hermano de 15 años. Nada se sabe de él.
La madre de ambos, de origen ruso, los había dejado para salir de viaje. Al no poder contactar con ninguno de ellos, alertó a dos amigos. Cuando llegaron al domicilio nadie abrió la puerta. Eran las diez de la noche. Uno de los hombres saltó desde el balcón de al lado para entrar en la casa y allí descubrió el cadáver de la niña.
Los agentes buscan al hermano, quien puede tener la respuesta a lo que ocurrió dentro de la vivienda. Todo parece indicar que la niña fue asesinada.
Los vecinos se encuentran hoy en shock. “Es muy doloroso para todo el barrio, para todo Mataró”, afirman, lamentando la tragedia.
La familia llevaba cerca de un año y medio y les habían visto en contadas ocasiones paseando juntos por el barrio: a la madre y los dos menores. Sin embargo, no se relacionaban demasiado con el resto de los vecinos porque, según cuentan éstos, tenían dificultades con el idioma y no hablaban bien.
“Eran gente que no se daba mucho a conocer” explica una vecina, que cuenta que se enteró de todo por el revuelo que se montó posteriormente, con el trasiego de autoridades.
“Estamos como todos los vecinos, helados porque pasó