A Pedro Bolado y Alberto Jiménez les ha tocado resetearse secomo médicos. Los dos han tenido que dejar sus quirófanos y consultas especializadas en cirugía de reconstrucción y problemas de retina, y ponerse manos a la obra en la lucha contra el coronavirus.
Desde el día 20 de marzo, Pedro Bolado, cirujano plástico en el Hospital de la Paz, ha cambiado las operaciones de reconstrucción a enfermos de cáncer o quemados, por las rondas de consulta a pacientes con dificultades para respirar, fiebre y debilidad extrema. Mientras espera que empiece su turno, habla con NIUS sobre el reto que este cambio supone: "Nosotros estamos muy especializados, te vas metiendo en tu especialidad y esto es retroceder, volver al punto de cuando acabaste la carrera y ser de nuevo un médico generalista".
Alberto Jiménez se incorpora esta noche, del 30 de marzo, a "una especie de hotel medicalizado" que ha instalado el Hospital de Getafe en el gimnasio del centro. En él están los pacientes prácticamente recuperados que esperan para irse a casa, pero que no pueden hacerlo por distintas circunstancias, como tener a una persona mayor en casa.
Alberto admite que el cambio "asusta", porque él se ha dedicado a la oftalmología desde su "día 0 como médico" y eso incluye el periodo completo de residencia. Sin embargo, le tranquiliza que "son personas que están bien, se trata de atenderlas, de vigilar, y en la sala de al lado hay médicos de otras especialidades a los que puedes acudir o consultar cualquier duda".
En su caso, Pedro se ha integrado un equipo en el que hay cardiólogos, neumólogos e internistas, en el Hospital de la Paz. Su duda era si iba a "ser útil", porque lo suyo es distinto, pero "hay solidaridad", dice, y "en el equipo todos somos médicos, uno más" y cada vez tiene "más independencia" a la hora de trabajar.
"Claro que puedo dar altas", contesta Pedro a las preguntas, pero todo "se consensua" con los especialistas del equipo. Además, hay unos "protocolos establecidos" para que todos los médicos actuemos la misma manera", explica, porque "no puede ser que uno dé el alta al quinto día y otro al segundo".
Alberto también se pregunta cuánto puede aportar, pero tiene claro que es momento de hacer lo que haga falta: "Ahora todo el mundo hace cosas que no hace habitualmente, y hay que echar el resto"
El coronavirus lo ha cambiado todo en la sanidad española y en la rutina laboral de estos médicos: "Toca hacer guardias distintas, turnos de noche... y los haré, ¿cómo no?, es lo que toca…" dice Alberto.
Pedro Bolado explica que está en su equipo como "refuerzo", y que el primer día que llegó todo le pareció especialmente duro, pero que después las cosas han ido mejor: "Fue un mal día, primero pensé que era yo, pero al día siguiente varios compañeros me lo dijeron". Aquel viernes, sigue, "varios pacientes se pusieron muy malos y hubo que derivarlos a la UCI".
En el departamento de plástica y reconstrucción eso no suele pasar, añade: "La gente va allí a ponerse mejor y esto es distinto, aunque va por días, por ejemplo ayer dimos muchas altas".
Otra gran diferencia es el contacto que Pedro mantiene ahora con los familiares de los pacientes, "necesitan hablar", señala. Además, su nuevo y provisional puesto de trabajo le hace entrar en el terreno de lo personal: "Tienes que saber en qué condiciones viven, con quién viven, si van a poder estar aislados en su casa o no, porque no todo el mundo tiene dos habitaciones para poder quedarse solo en una de ellas".
Si algo bueno está sacando este doctor de la crisis del COVID es "ver la solidaridad de las familias, se vuelcan con nosotros, entienden la situación". Lo peor, añade, es cuando "tienes que llamar para decirle a alguien que su familiar está en las últimas horas".
Estos días, a Alberto Jiménez se le ha pasado por la cabeza más de una vez "ir al IFEMA como voluntario" ante el colapso que sufre la sanidad española en general, y la madrileña en particular.
Finalmente no ha ido a IFEMA, pero se ha puesto manos a la obra con otra iniciativa medico-solidaria donde puede ayudar mucho: "Responder a consultas oftalmológicas a través de Twitter". El proyecto empezó en su página personal, que quedó saturada y ha acabado en un perfil conjunto de 15 oftalmólogos.
"Lo ojos dan mucho miedo", explica este especialista en retina que recibió una auténtica avalancha de mensajes y no sólo aquí, también en Latinoamérica donde el tuit se hizo "viral".
Ahora la cosa está más tranquila porque además, los 15 oftalmólogos que se unieron la idea se reparten las consultas en el perfil OftSolidaria desde el que dan soluciones a personas que están preocupadas en sus casas por sus ojos o su visión. El perfil ha recibido dos mil consultas y ha contestado a más de mil: "primero resolvemos lo urgente que llega desde dentro de España, porque la prioridad es descongestionar los hospitales que tenemos cerca".
Después de muchas guardias de oftalmología, la experiencia le dice a Alberto que más del 60% de las visitas que llegan a urgencias, no lo son tanto, "pero es lógico que la gente se preocupe" así que a través de Twitter, OftSolidaria intenta rebajar presión a la puerta de algunos hospitales.
Entre los casos que llegan, los más frecuentes son los problemas de "ojo seco", que ahora se acentúan con las pantallas; los orzuelos, que a veces se pueden solucionar con un masaje y una pomada; y la conjuntivitis, para la que los lavados con suero fisiológico con muy efectivos.
"¡Aunque ojo!" (nunca mejor dicho), Alberto Jiménez advierte de que la conjuntivitis pude ser un síntoma del coronavirus, así que esos pacientes se tienen que vigilar.
El inconveniente es que por las redes sociales no pueden hacer recetas, así que a veces se encuentran con que hay medicamentos que les gustaría poder dar, pero que no pueden, a no ser que "la farmacia se presta a dar un medicamento sin receta, algunas lo están haciendo".
En tiempos de reinventarse, ellos tiran de lo aprendido, aunque saben que "en estas" les va a tocar aprender más.