Si estás pensando en la taza del váter, estás equivocado. Existen estudios, como el del Dr. Chuck Gerba, profesor de la Universidad de Arizona, en los que asegura que los focos de gérmenes están casi en cualquier lugar de nuestra casa antes que en el servicio.
Los picaportes, las bolsas reutilizables o incluso la tabla de picar, están infinitamente más sucios que el váter de nuestras casas, el problema es que tenemos muy interiorizada la idea de que es uno de los lugares más sucios de nuestro hogar y en consecuencia, que contiene más gérmenes, y uno de los espacios que limpiamos con mayor frecuencia.
1. El cepillo de dientes: cuando tiras de la cadena salen millones de microorganismos que van a parar a tu cepillo. Por esto, recomiendan utilizar tapa, enjuagarlos con algún colutorio antibacteriano y dejarlo secar. Lo idóneo es cambiarlo como mucho cada tres meses.
2. La alfombrilla del baño: salir de la ducha mojados hace que se humedezca y favorece la aparición de hongos y bacterias. Pese a esto, es uno de los objetos que muchos olvidan lavar a menudo, hazlo al menos una vez por semana.
3. Los zapatos: según un estudio de la Universidad de Arizona el 95% de los zapatos analizados contienen bacterias coliformes. Un motivo de peso para evitar los zapatos en casa.
4. El cesto de la ropa sucia: debemos tener muy presente que en él introducimos ropa sudada, manchada e incluso con restos de alimentos. Pese a esto, no lo lavamos todo lo que deberíamos.
5. Las almohadas: en ellas cada noche dejamos restos de piel, pelo o saliva. Sin dejar de lado a los ácaros, que las aman. Si no queremos que acaben con más vida que nosotros, no deberían pasar los meses sin lavarla.
No muy lejos, la cocina es otro de los espacios de nuestro hogar que alberga numerosos objetos cargados de bacterias.
6. El fregadero: aunque no lo creas, alberga mucha más suciedad que nuestro cuarto de baño. Y a la pregunta de cómo puede ser eso, es sencillo: ponemos más atención en desinfectar el servicio mientras que creemos que con un estropajo y un poco de jabón es suficiente para el fregadero.
7. Trapos y estropajos: son los reyes de las infecciones y puede llegar a acumular millones de bacterias. La única solución ante esto es lavarlos con agua caliente y cambiarlos con bastante frecuencia.
8. Tabla de picar: a pesar de ser uno de los utensilios que más lavamos, si utilizas de madera, su porosidad provoca que los alimentos se incrusten, se descompongan convirtiéndose en un caldo de cultivo. Por eso, opta mejor por las de plástico, lávala inmediatamente con agua caliente o en el lavavajillas y cámbiala periódicamente.
9. La nevera: debemos aprender a limpiar correctamente nuestros electrodomésticos o seguirán siendo una fuente de bacterias. ¿El motivo? No limpiamos a tiempo los derrames, los restos de comida que se caen o la simple pereza que nos da vaciarlos para limpiarlos a fondo.
10. Las bolsas reutilizables: no las lavamos jamás y en ellas metemos todo lo que compramos en los supermercados y que por supuesto, no está lavado. Además de que no hacemos otra cosa que pasearlas de un lado para otro.
Si crees que estos son todos estás muy equivocado, hay pequeños objetos que nos acompañan en nuestro día a día:
11. Nuestro teléfono móvil: no podemos negar que nos acompaña a todos lados, por lo que está expuesto a millones de microorganismos. Por esto, deberíamos limpiarlo en profundidad al menos una vez por semana.
12. Las llaves: es otro de los objetos que nos acompaña allá donde vamos, y en consecuencia, expuesto a todo tipo de bacterias. Por eso, no estaría de más desinfectarlas de vez en cuando.
13. El dinero: tanto las monedas como los billetes pueden llegar a contener bacterias multirresistentes e incluso ántrax.
14. Los interruptores: es algo que utilizamos y contaminamos constantemente. Estudios aseguran que se han encontrado en ellos más de 200 clases de bacterias por centímetro cuadrado.
15. Los pomos de las puertas: con ellos ocurre algo parecido que con los interruptores. Por lo que debemos de igual modo reparar en su limpieza.