El COVID-19 es oficialmente una pandemia. La Organización Mundial de la Salud ha decidido dar ese paso para que los gobiernos tomen medidas más drásticas. La declaración de pandemia no cambia las recomendaciones para combatirla. Hace muchos días que ya estaba presente en los cinco continentes. Pero es una forma de pedir a los gobiernos que actúen más, para contener el contagio, algo a lo que muchos se siguen resistiendo.
Y parece que empieza a surtir efecto porque esta madrugada Donal Trump ha anunciado que suspende los vuelos procedentes de Europa, también los de carga. De esta restricción se ha librado Reino Unido. Además la NBA se ha suspendido tras el positivo por coronavirus de un jugador.
En Europa, Italia ha dado un paso más y ha cerrado todo, salvo supermercados, farmacias y bancos. Los coches de policía pasan por las calles recordándole a la gente que no salgan de casa. En el país alpino hay más de 800 muertos.
A pesar de haber declarado la pandemia, la OMS pide clama porque “estamos todos a una”. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha informado de que el número de casos de Covid19 en las últimas dos semanas se ha multiplicado por 13 fuera de China, epicentro del brote de coronavirus, registrándose más de 118.000 casos en 114 países y 4.291 personas muertas. Dice la OMS que no ha declarado antes la pandemia porque podía causar situaciones de pánico.