Rita Gismondo, la viróloga italiana que analiza el coronavirus: “No podemos descartar que el coronavirus haya mutado desde que salió de China”
Entrevista con Maria Rita Gismondo, viróloga del hospital Sacco de Milán y una de las voces más autorizadas en Italia
Asegura que en otros países habría tantos contagios como en Italia se se realizaran el mismo número de pruebas
"Si el virus infecta a muchas personas al final se hace menos agresivo"
El contador se puso en marcha la tarde del pasado 21 de febrero. Un hombre de 38 años del municipio lombardo de Codogno había dado positivo por coranavirus. Y tras él, cinco personas más. Después, varias decenas, cientos. Una semana después, ya llevamos 29 fallecidos y más de un millar de contagiados en toda Italia, más de la mitad en la región de Lombardía. Las pruebas a los casos sospechosos fueron llegando al Hospital Luigi Sacco de Milán, centro de referencia por su departamento especializado en enfermedades contagiosas.
Maria Rita Gismondo, directora de la división de Microbiología Clínica y responsable de Biomergencia, se encerró entonces en su laboratorio. Durmiendo dos horas diarias, esta viróloga de 66 años ha pasado todos estos días analizando posibles contagios. Durante los primeros momentos de pánico trató de poner calma redactando un boletín diario en su perfil de Facebook. Aseguró entonces que se estaba tomando “una infección poco más seria que una gripe por una pandemia letal”, por lo que otros colegas se le echaron encima. Hoy es una de las voces de referencia en Italia sobre la epidemia del coronavirus. No tiene un segundo para recibir a nadie en su despacho, pero acepta esta entrevista al teléfono al final de la jornada. Es decir, muy tarde.
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Pregunta: ¿Cuántas pruebas han realizado hasta ahora?
Respuesta: Está siendo una labor muy dura, porque somos un laboratorio de referencia. Habremos analizado unos 2.000 exámenes por coronavirus en tres o cuatro días [cerca de una quinta parte de los realizados en toda Italia en ese momento]. Nos han llegado además muchas pruebas del personal sanitario que ha estado en contacto con los pacientes, aunque por suerte la mayoría han resultado negativas. La mayor parte de las pruebas eran a personas asintomáticas.
P: Italia ha cambiado ahora esta metodología y ahora sólo realiza pruebas a personas con síntomas. Tanto las autoridades sanitarias italianas como la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguran que si se han registrado tantos positivos en Italia es porque han realizado más exámenes que en otros países. ¿Significa eso que en otros países europeos podría haber un número idéntico de casos, pero no lo sabemos porque no se ha controlado?
R: Totalmente, es una conclusión absolutamente válida. A nivel internacional se han presentado los casos positivos en Italia como correspondientes a personas enfermas y esto es incorrecto. La mayoría eran asintomáticos o tenían un resfriado leve que se ha curado. Ahora estamos afrontando una crisis en la provincia de Lodi [epicentro de los contagios], donde se han concentrado muchos casos con sintomatología crítica. Allí hubo una amplificación del contagio debido al gran aflujo a las urgencias por la primera oleada de pánico.
P: Es decir, ¿el virus se propagó en el hospital de Codogno?
R: Aquellas urgencias sirvieron de amplificador. Hubo varios infectados, la gente empezó a acudir de forma masiva y los contagios fueron múltiples. Sin embargo, no hay pruebas de que en el resto de Italia hayan salido todos de ahí. Estamos realizando un mapeo genético para saberlo.
P: En Italia y en otros países europeos no se ha encontrado un rastro del virus procedente de China. ¿Significa eso que el virus ha podido ya mutar?
R: Yo estoy elaborando junto a otros centros italianos un gran trabajo para analizar los genes de los virus que están circulando en Italia y esto nos podrá dar una valoración comparativa más cercana de los que se están detectando en el mundo. Mi teoría a día de hoy es que el virus entró en Italia hace varias semanas, circuló sin haber provocado patologías graves o -si lo hizo- se confundieron con una pulmonía u otras infecciones.
P: ¿Entró en Italia desde China, quiere decir?
R: El foco ha nacido allí y desde allí se ha difundido por todo el mundo. Pero no podemos descartar que el virus mientras tanto haya mutado ya.
P: Y, ¿cómo se explica que pese a haber cambiado la metodología en Italia el número de infectados siga creciendo a un ritmo elevado?
R: Si buscamos, encontramos. Los positivos que tenemos hoy ya estaban contagiados hace días. El virus está circulando. Debemos hablar de casos hospitalizados, estos sí tienen un significado importante.
P: ¿Cuál sería entonces el porcentaje de personas realmente enfermas de todos los contagiados de los que ha informado Italia?
R: Un 5% enferma y entre el 2,5% y el 3% muere. Pero la gran mayoría no muere a causa del coronavirus, sino también por el coronavirus. Hablamos de personas con enfermedades crónicas, particularmente débiles. Ciertamente hablamos de una situación más grave que una gripe, pero con los fallecidos ocurre lo mismo que con los ancianos que terminan muriendo de pulmonías derivadas de las complicaciones de una gripe.
R: Estamos hablando de una familia de virus completamente distinta. El coronavirus humano, el que ha circulado hasta ahora, es responsable de un resfriado común que se puede unir a otras patologías. La gripe pertenece a otra familia de virus, que atacan a las vías respiratorias. Hacemos la comparación porque ambos son epidémicos. La diferencia está sobre todo en la mortalidad: la del coronavirus llega al 3%, mientras que la gripe es más baja. Y también en que de este virus no conocemos ni una terapia eficaz ni la vacuna.
P: Entonces, ¿cómo lo valoramos correctamente para no caer en el riesgo de minusvalorarlo?
R: Cuando nos enfrentamos a una epidemia provocada por un virus nuevo, las valoraciones se hacen periódicamente basándonos en su comportamiento. De momento podemos decir que el virus se está expandiendo por todo el mundo. Como ha dicho la OMS, esto quiere decir que estamos potencialmente -y recalco lo de potencialmente- ante un “virus pandémico”. Pero aún no sabemos si lo será o la epidemia terminará dentro de poco.
P: Mientras tanto, ¿son efectivas las medidas de aislamiento?
R: Si no tenemos una vacuna y no se toman estas medidas, ponemos en riesgo a las personas ancianas más vulnerables ante este virus. El único modo que tenemos para combatir el riesgo es tener contenido el contagio. Por tanto, el aislamiento de los principales focos es necesario para que la gente no entre en contacto con otras personas. Pero no es justo poner en cuarentena a toda Italia porque no hay un contagio muy difundido o, al menos, no hay pruebas de ello. Los casos más graves se han manifestado en un mismo lugar, por lo que tenemos que valorar si sería necesario hacer una cuarentena vasta, teniendo en cuenta los daños económicos y sociales. Los políticos deben valorar esto.
P: ¿Los políticos se están comportando de modo responsable o han creado más alarmismo de lo debido?
R: El Ministerio de Sanidad está haciendo todo lo posible. Se ha activado a Protección Civil, hay reuniones diarias… Muy distinto es lo que hacen los diferentes partidos, que están peleando entre ellos, instrumentalizando esta situación para hacer propaganda de una parte y de otra. Mientras, los científicos deberíamos mantenernos alejados de este juego.
P: Hemos visto al presidente de Lombardía, Attilio Fontana, poniéndose la mascarilla porque una asesora ha dado positivo.
R: Creo que ha tomado una decisión excesiva, intentando demostrar máxima cautela ante el público. Lo veo más como un gesto de comunicación política. Desde el punto de vista médico, la mascarilla sólo se pone cuando se ha dado positivo y no se quiere infectar a los otros.
P: Decía que el virus se está expandiendo a todas partes. ¿En qué escenario se pone ante un posible contagio masivo a nivel global?
R: No tengo una bola de cristal, pero si el virus llega a todas partes tampoco me da miedo. Lo que creo es que hay que centrar los esfuerzos en evitar que muchas personas lleguen a enfermar a causa de este virus. El sistema sanitario italiano es uno de los mejores en el mundo y estoy segura de que si se produce el peor escenario podemos responder.
P: ¿Cree que es probable vernos en esta situación, con un alto número de personas contagiadas en todo el mundo?
R: De infectados sí, enfermos… Vamos a ver, si el virus se expande por todo el mundo a nivel pandémico, aunque el porcentaje de letalidad se mantenga intacto, el número de muertos sería enorme. Por tanto, se deberían adoptar las medidas sanitarias adecuadas para grandes desastres.
P: Entonces, ¿mucha gente infectada, pero no tantos enfermos en términos relativos?
R: Mire, al 85%-90% la gente no se pone enferma si no es con síntomas muy leves.
P: Y si la propagación es muy alta, ¿podría ocurrir que el virus se haga más resistente y se convierta en más letal?
R: No, en realidad suele ocurrir lo contrario. Cuando un virus contagia a muchas personas, pierde parte de su fuerza infectiva. De hecho, uno de los instrumentos para hacer que el virus sea menos virulento es pasarlos en varias líneas celulares, pero esto en un discurso muy técnico. Para ser claros, lo que quiero decir es que si el virus infecta a muchas personas al final se hace menos agresivo. Y espero que sea así también en este caso.