La pandemia de coronavirus no solo está afectando a los propios contagiados, sino que también está golpeando a los que están en primera línea de batalla. Y es que el incesante estrés que sufren en los hospitales no solo daña la salud física de nuestros sanitarios. Duermen mal, tienen ansiedad y mucha incertidumbre.
Tras cada turno hay grupos de apoyo psicológico que les ayudan a sobrellevar lo que ven cada día en las UCI. Algunos de ellos se han ido a hoteles o a residencias universitarias como esta de A Coruña. Aquí rodeado de compañeros logran una tregua y lejos de casa evitan el poder contagiar a sus familiares.
Los que caen se levantan, como Alejandro, médico de urgencias del Hospital de La Ribera de Valencia. Tras superarlo le queda la dura cuarentena en una habitación con un baño y una ventana a través de la que puede ver y hablar con su mujer y sus hijos.
Como todos los sanitarios está dispuesto a volver a primera línea de combate dentro de unos días. El peligro es continuo hasta para ponerse y quitarse la ropa de seguridad. Una maniobra que realizan minuciosamente varias veces en un solo día. El final de la jornada acaba con vestuarios así, reflejo de la dura batalla.