Cornelius Brown, fue declarado culpable del asesinato de su novia, que ocurrió en septiembre del pasado año, según publicó el tabloide británico Daily Mail.
El joven torturó y mató a su novia, de 30 años, con varios cuchillos, tras acusarla de que tenía un romance con otro.
Después de asesinarla, Brown, con los pies en un charco de sangre, llamó a su madre para pedirle que viniera y le quitara la vida a él, porque no tenía valor para hacerlo.
La mujer llegó en un taxi y sufrió un ataque al ver lo ocurrido.
El novio-asesino conocía a su novia desde la infancia, porque ella, que tenía 30 años, había sido su canguro y apenas llevaban un año de relación.
"No sería un error describir lo ocurrido como la tortura, porque utilizó hasta cuatro cuchillos" para infligir numerosas heridas en la cabeza, la cara, el torso y la espalda, según explicó el fiscal Richard Thatcher.
La mujer trató de defenderse de su agresor y tenía una treintena de cortes en las manos y los brazos. "Ella básicamente murió desangrada en sus manos", dijo Thatcher.
Brown fue condenado a cárcel de por vida y tendrá que cumplir 20 años como mínimo, antes de que su condena sea revisada.