En el mercado que no duerme nos encontramos esta superficie del tamaño de seis campos de fútbol dedicada a la venta de pescado. Aquí nada se detuvo en el confinamiento por coronavirus. "Tuvimos miedo, pero teníamos que dar un servicio y estar siempre ahí, como ahora", afirma Julián Montes, administrador de Mariscos Montes.
Aunque la demanda de algunos productos ha bajado con el parón de la hostelería, se venden cada día 450 000 kilos de pescado. Es el segundo mercado del mundo en comercialización de pescado después de Tokio y el primero en número de especies.
El mayor de Europa en productos frescos tomó medidas muy rápido en materia de seguridad e higiene. El ritmo de trabajo fue duro y algunos tuvieron que contratar más personal para dar el mejor servicio a toda la cadena alimentaria.