Han analizado datos de más de 400.000 personas de entre 18 y 85 años, y los científicos han descubierto que consumir una o dos bebidas cuatro o más veces por semana, una cantidad considerada saludable según las pautas actuales, eleva el riesgo de muerte prematura en un 20 % en comparación con beber tres veces a la semana o menos.
El mayor riesgo de muerte fue constante en todos los grupos de edad, según revela este trabajo, cuyas conclusiones se publican en la edición digital de 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research'. "Solía parecer que tomar una o dos bebidas al día no era gran cosa, e incluso algunos estudios sugieren que puede mejorar la salud", confiesa la autora Sarah M. Hartz, profesora asistente de Psiquiatría. "Pero ahora sabemos que incluso los bebedores diarios más livianos tienen mayor riesgo de mortalidad", aclara.
Anteriormente, algunos estudios relacionaban el consumo leve de alcohol con mejoras en la salud, hasta el punto de recomendar una cerveza diaria. Hartz apunta que el nuevo estudio muestra que esas ganancias potenciales son superadas por otros riesgos.
Su equipo evaluó el riesgo de enfermedad cardíaca y cáncer y descubrió que, aunque en algunos casos, el consumo de alcohol puede reducir el riesgo de problemas relacionados con el corazón, como el caso de la cerveza, la ingesta diaria aumenta el riesgo de cáncer y, como resultado, el riesgo de mortalidad.
"El consumo de una o dos bebidas alrededor de cuatro días por semana pareció proteger contra las enfermedades cardiovasculares, pero beber todos los días eliminaba esos beneficios", subraya. "Con respecto al riesgo de cáncer, cualquier consumo de alcohol fue perjudicial", señala.
La investigación publicada en The Lancet revisó los datos de más de 700 estudios en todo el mundo y concluyó que el nivel más seguro de consumo de alcohol es ninguno. Pero ese estudio analizó todos los tipos de consumo de alcohol, desde el leve hasta las borracheras. El análisis del equipo de la Universidad de Washington se centró en los bebedores leves: aquellos que consumían solo una o dos bebidas al día.
En el estudio de Washington se estudiaron dos grandes grupos de personas en Estados Unidos: 340.668 participantes, entre 18 y 85 años, en la Encuesta Nacional de Salud, y otras 93.653 personas de 40 a 60 años, que fueron tratadas como pacientes ambulatorios en las clínicas de la Administración de Veteranos.
"Un aumento del 20 % en el riesgo de muerte es mucho más importante en las personas mayores que ya están en mayor riesgo", explica. "Relativamente pocas personas mueren en sus 20 años, así que un 20 % de incremento en la mortalidad es pequeño pero significativo. A medida que las personas envejecen, su riesgo de muerte por cualquier causa también aumenta, por lo que un incremento del 20 % de riesgo a los 75 años se traduce en muchas más muertes de lo que es a los 25 años", aclara Hanz.
La profesora Hanz defiende que a medida que la medicina se vuelve más personalizada, algunos médicos pueden recomendar que las personas con antecedentes familiares de problemas cardíacos beban de vez en cuando, pero en las familias con antecedentes de cáncer, los médicos pueden recomendar la abstinencia.
"Si adaptas las recomendaciones médicas a una persona en particular, puede haber situaciones en las que piensas que beber ocasionalmente podría ser útil. Pero en general, creo que las personas ya no deberían considerar beber una copa de vino al día para estar de alguna manera saludables", concluye.