Ni corazón ni escrúpulos han tenido los cuidadores de una anciana a la que convencieron para que saliera de una residencia. Cuando la familia dio con el lugar donde la ocultaban, la mujer pesaba 30 kilos menos y le habían estafado unos 80.000 euros.
Aparentaban ser fisioterapeutas, pero eran en realidad dos estafadores especializados en engatusar a personas mayores para robarles.
La anciana cayó en la trampa, cansada de la soledad de la residencia la dejó para irse a vivir con sus cuidadores y así empezó su calvario, "estas personas no le daban de comer, la tenían encerrada"
La anciana estuvo 9 meses en un piso que los captores habían comprado con su dinero, tuvo que cederles todos sus ahorros y no se conformaron solo con eso.
Su familia no sospechó nada durante el confinamiento, pasados los meses seguían sin tener noticias de ella y finalmente denunciaron su desaparición. Cuando la encontraron no se podía levantar de la cama, había perdido 30 kilos.