"Buenos días, ¿es usted de Barbate?": controles en la única localidad confinada de la costa de Cádiz
Problemas personales, viajes de trabajo, y pagos a albañiles, algunos de las justificaciones ante los agentes
Los agentes intentan con los pocos medios de que disponen, distinguir entre lo verdadero, y lo falso
La localidad está cerrada perimetralmente, al sobrepasar los 700 casos por 100.000 habitantes
Aún no llegamos a las diez de la mañana y en una de las entradas a Barbate parece hora punta. Una larga cola de vehículos avanza despacio hacia sendos coches de la Guardia Civil y la Policía local de la localidad. Alguno seguro que va tentándose la ropa, porque lo que tiene ante sí es un control. La localidad está cerrada perimetralmente, es la única de la costa de Cádiz en esa situación y, claro, hay que evitar la tentación de sus excelentes playas. Uno por uno, llegan a los coches policiales. Uno por uno, al bajar la ventanilla escuchan la inevitable pregunta: "Buenos días, ¿es usted de Barbate".
Narci se muestra nerviosa, vive en Algeciras, le dice al agente, y viene a buscar a su madre, que está sola en Barbate. No podrá hacerlo. Comprueban su documentación y le comunican que tiene que dar la vuelta. Le comunican también, que acaba de ser propuesta para sanción.
Son algunas de las cosas que oyen los agentes coche tras coche, intentando discernir la verdad, de la mentira,
"Mi hermana está confinada, y mi madre se ha quedado viuda hace poco, y está sola", nos dice. "Sé que no vivo aquí, sé que está cerrado, pero he dicho voy a arriesgarme y voy a ir por ella, para que no se quede sola. Después de venir aquí con la ilusión de no dejarla sola, me da un poco de pena".
Narci se va por donde ha venido mientras la cola aumenta. La Policía Local, que conoce a todos los vecinos, agiliza el control. Para los que no conocen vuelve la pregunta, y esta vez empiezan a aparecer por las ventanillas justificantes de trabajo.
Una pareja entrega al agente los papeles a través de la ventanilla. Les pregunta de dónde vienen. De Sevilla. El agente se va al coche y fotografía la documentación. Debería poder comprobar si la empresa existe, si las dos personas cuya documentación tiene en las manos, trabajan para ella si, efectivamente, hoy tienen algo que hacer en Barbate. Imposible, desde aquí no puede cruzar datos. Preguntamos a los ocupantes. "Estamos trabajando en las normas históricas del casco histórico". Y pasan.
A la misma hora en las otras dos entradas de Barbate, por Zahara de los Atunes, y por la A-2233 que recorre la costa entre Conil y Barbate, otros controles intentan que nadie que no tenga que estar, esté en Barbate. A la altura de Zahora la Guardia Vivil para a una pareja que viaja en una furgoneta amarilla.
"Vengo a pagarle al albañil que me está arreglando una casa que tengo aquí", dice el hombre.
"¿No tiene usted otra forma de pagarle?", le responde el guardia. "Además, viene usted con su mujer. Si al menos viniera usted sólo sería más lógico. Si pudiera acreditarmelo podría pasar, pero de veras que lo siento, está la cosa como está".
Y la furgoneta da la vuelta en redondo, escapando por suerte a la sanción, y con la segura idea de pagar por bizum el arreglo. Una pena, porque ya de puestos podrían haber pasado el fin de semana en la casa que les arreglan.
"Vengo a pagarle al albañil que me está arreglando una casa que tengo aquí"
Son algunas de las cosas que oyen los agentes coche tras coche, intentando discernir la verdad, de la mentira, intentando, con pocos medios, que quien afirma trabajar trabaje, que quien tiene que pagar algo sólo lo haga en mano por extrema necesidad, que los motivos que se alegan son motivos, y no excusas para pasar unos día en la playa.
Resulta difícil, pero es necesario. La localidad alcanza los 771 casos por 100.000 habitantes. Entrar supone una mayor posibilidad de contagio. Salir, llevar esos contagios a otra parte. Sí, las playas de Barbate son maravillosas, pero esperen a que se levante el cierre perimetral.