El anuncio del CSN que "no hay riesgo radiológico" en las seis zonas contaminadas de España no ha calmado a los vecinos que viven en sus proximidades.
Este lunes, el ayuntamiento de Cartagena, en Murcia, se ha apresurado a asegurar que vallará los terrenos de El Hondón tan pronto tenga el permiso de la Dirección General de Medio Ambiente para hacerlo.
Los responsables municipales de Cartagena apuntan que desde el CSN "es la primera vez que manifiesta la necesidad de incluirlos en un catálogo oficial de suelos contaminados".
Precisamente el Hondón ha sido uno de los espacios citados por los miembros de la Comisión para la Transición Ecológica del Senado que este jueves acordaron por unanimidad instar al Gobierno a que adopte las medidas necesarias y con carácter urgente para elaborar un inventario que permita conocer las masas de agua y los suelos que tienen contaminación radiológica en España.
La moción presentada por el grupo parlamentario de Unidos Podemos, En Comú Podem-En Marea-Equo contó con el apoyo de todos los grupos, incluido el PP que ha expresado su "acuerdo" con el texto final por la "necesidad" de finalizar este inventario.
El Ejecutivo andaluz considera que la solución a estas zonas contaminadas está "enquistada" y en el caso de Palomares ha pedido a todos los responsables que "actúen" incluído el Gobierno americano responsable de la contaminación en esta zona hace ya 52 años.
Tampoco están satisfechos con el proyecto de restauración de la balsas de fosfoyesos en las Marismas de Mendaña presentado por la empresa Fertiberia al entender que no da una respuesta "efectiva".
Reclamaciones ecologistas
Las organizaciones ecologistas han reclamado desde hace años la aprobación de una normativa que permita la clasificación de un terreno como contaminado, una regulación previa que permitiría la declaración explícita en este sentido de la autoridad competente. Para ello sería necesaria la modificación de la Ley de Energía Nuclear y el Real Decreto sobre suelos contaminados con radiactividad que se encuentra en tramitación por parte del Ministerio de Transición Ecológica.
Su crítica va también dirigida a la falta de respuesta por parte de los responsables del CSN. Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace señala que en otras ocasiones, este organismo ha actuado sin la cobertura de una normativa actualizada.
Cree que la vigilancia y el control de todas estas zonas es fundamental para evitar que la contaminación radiactiva pueda afectar a las personas y al medio ambiente.
Como ejemplo explica el caso de la central nuclear de Ascó, en Tarragona en dónde en una inspección rutinaria de los pozos de control se hallaron cantidades pequeñas de partículas de cobalto. El CSN estudia cómo han podido llegar a esta zona estos elementos tan contaminantes.
Desde la asociación conservacionista WWF se destaca que "lo novedoso es que reconocen que actualmente ni existe catálogo de suelos afectados ni se han declarado como contaminados ni se está actuando en función de cada episodio"
Para el coordinador técnico de la Oficina de WWF en Doñana, Juan José Carmona, el caso de Huelva "es un escándalo, porque tenemos estos materiales y los fosfoyesos a escasos metros de las viviendas de la capital onubense".
Contaminación medioambiental
Para ninguno de los afectados la conformación del CSN ha sido una sorpresa. Consideran que el retraso en la existencia de un plan normativo y de actuación es una burla continua y reclaman que se cumpla la ley de forma estricta para "para devolver a la sociedad" estas zonas a su situación original.
Hace ya diez años que las autoridades deberían haber elaborado un inventario que permitiese actuar en estas zonas contaminadas. La falta de la normativa que lo desarrolle sigue poniendo en riesgo a cientos de personas que viven cerca. Pero la contaminación radiactiva también se desplaza impulsada por el viento o arrastrada por las lluvias pudiendo llegar a otras zonas.
Las organizaciones ecologistas denuncian que no solo se ven afectadas las personas sino también el medio ambiente y las actividades humanas que se desarrollan en las inmediaciones de estas áreas.
El mapa de la contaminación
Las seis zonas incluidas en el informe y en las que se ha detectado presencia de radiactividad están bajo vigilancia radiológica y aunque el CSN asegura que no suponen "ningún riego" lo cierto es que los elementos presentes en ellas sí representan una amenaza para la salud de las personas.
estos sol los elementos presentes en estas zonas:
El Cesio-137 es un isótopo radiactivo del cesio sumamente tóxico incluso en pequeña cantidades y estaría presente en la Marismas de Mendaña, Huelva, y en una zona del Río Jarama entre las provincias de Toledo y Madrid. Puede causar cáncer durante los 30 años que suele tardar en decaer una vez liberado al medio ambiente y podemos entrar en contacto con él mediante ingestión, inhalación o absorción. Junto con el estroncio-90 es la principal fuente de radiación en la zona de Chernobyl.
Precisamente el estroncio-90 es otro de los elementos altamente contaminante hallado en estos terrenos, concretamente en la ribera del río Jarama conocida como las banquetas del Jarama, entre Toledo y Madrid. Representa un importante riesgo sanitario ya que sustituye con facilidad al calcio en los huesos pudiendo provocar cáncer óseo.
El radio-226 es otro de los elementos presentes en algunas de estas zona, concretamente en el estuario del Río Tinto, en Huelva. Es un elemento intensamente radiactivo presente en la naturalezas en proporciones ínfimas pero que en dosis elevadas puede causar anemia, cataratas, cáncer, especialmente en los huesos y muerte.Tarda miles de años en desintegrarse.
Presente en en las zonas señaladas de Tarragona (embalse del Ebro, Flix) y Murcia, el riesgo radiológico es un isótopo radiactivo cuyo contacto con el en dosis elevadas y prolongadas afecta especialmente a los riñones.
El plutonio-239 y su posterior descomposición en americio-241 es uno de los elementos radioactivos más contaminantes. Palomares, en Almería es el claro de que los accidentes ocurren y de las consecuencias de los mismos. En esta zona estos dos elementos altamente radioactivos están presentes desde el incidente de hace 52 años. Tarda miles de años en desintegrarse y aunque no puede penetrar la piel, una vez en nuestro interior pueden causar cáncer de pulmón, afecta al sistema inmunológico y a la función reproductiva.