Naciones Unidas, la NASA, expertos de todo el mundo… Las voces que nos alertan de las peligrosas consecuencias del cambio climático se multiplican, instando a un cambio global en nuestra conducta y nuestro consumo si queremos salvar el planeta. Ya tenemos un ultimátum: 2030 es la fecha tope para frenar la tendencia. De no hacerlo veremos como el calentamiento global contribuye a que el mar engulla islas y ciudades, se extiendan las enfermedades tropicales y tengamos cada vez estaciones más extremas e insoportables, entre otras consecuencias que ni siquiera podemos prever. Hasta los más pequeños nos están advirtiendo. Era el pasado viernes 15 de marzo cuando tenía lugar la huelga internacional por el clima más multitudinaria jamás vista, –alentada especialmente por la movilización impulsada por la joven activista Greta Thunberg, de tan solo 16 años–. Tanto ella como la ya reconocida como ‘generación Greta’ y los que se han sumado a su causa, claman por la justicia climática. Piden respeto al medio ambiente y llaman a no destruir el futuro: ni el suyo ni el de las generaciones venideras. Pero no va a ser fácil. Pese a toda advertencia, la situación es de emergencia y, todavía, reina la inacción.
Es por eso por lo que la mayor cadena de supermercados de Reino Unido, Tesco, ha querido dar un paso adelante y tomar la iniciativa desarrollando un proyecto en dos de sus establecimientos, en Watford y en Swindon, que consiste en intentar atajar uno de los gravísimos problemas que están favoreciendo a ese avance inexorable del cambio climático y la contaminación del planeta a un ritmo desenfrenado: los millones de plásticos que circulan en todo el mundo y están acabando con numerosos ecosistemas, especialmente en nuestros océanos.
Tal como recoge Daily Mail, el proyecto piloto que ha lanzado Tesco consiste en vender tan solo 45 tipos de frutas y verduras frescas sin ningún tipo de empaquetado o envase de plástico; un gesto que evitaría la producción de millones de bolsas y cestas de plástico, y que además ha sido recibido con aprobación por la mayor parte de los clientes. Afortunadamente, y a pesar de la situación, cada vez más personas se conciencian de la necesidad del reciclaje y hacen de ello un hábito, y medidas como estas favorecen a ese proceso, porque incluye al propio establecimiento en esa labor que debe ser abordada por todos.
Afortunadamente, Tesco no es la única que está lanzando proyectos piloto en este sentido para evaluar el impacto positivo de estas medidas. Otras cadenas de supermercado están trabajando exactamente en la misma dirección, minimizando los empaquetados y eliminando el uso de plásticos para, en su lugar, favorecer el empleo de bolsas de papel u otro tipo de material reciclable.
“Los clientes verán frutas y vegetales que incluyen variedades de manzana, champiñones, pimientos, cebollas, plátanos y aguacates libres de su empaquetado”, explica un portavoz de la compañía, en declaraciones recogidas por Daily Mail.
De este modo, y a pesar de que tradicionalmente los supermercados han defendido estos empaquetados a efectos de la conservación de los productos, con esta iniciativa volverán a una venta más tradicional, más similar a la que se usaba en las clásicas fruterías.
Aunque el proyecto aún forma parte de una simple prueba, la intención de los dirigentes es clara: “Pase lo que pase, vamos a seguir reduciendo la cantidad de empaquetado que usamos y a asegurarnos de que todo es reciclable”.
No ha de ser de otra manera para frenar la contaminación. Lo reiteran los expertos: hay que actuar ya.