Consejos para preparar la selectividad en el confinamiento: mantener el contacto con los compañeros y marcarse un horario
El examen se retrasa a julio y la ministra de Educación avisa de que podría “no ser presencial”
Todos los centros educativos se cerraron hace más de un mes para intentar frenar el avance del coronavirus. Los alumnos siguen teniendo clases y contacto con sus profesores vía online y la ministra de Educación, Isabel Celaá, ya ha dado las pautas que se usarán en las evaluaciones. Aun así, sigue habiendo una gran incógnita: ¿qué pasará con los alumnos de segundo de Bachillerato que tienen que enfrentarse este año a la Evaluación de Acceso a la Universidad (EvAU)?
La ministra ya comunicó el pasado miércoles en Informativos Telecinco que la selectividad “podría no ser presencial”. Los exámenes ya se han pospuesto oficialmente a principios de julio, pero en medio de todo este clima de incertidumbre los alumnos tienen que seguir estudiando.
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Beatriz González es profesora de segundo de Bachillerato en el colegio Nazaret Oporto, de Madrid, y comparte los consejos que está dando a sus alumnos para enfrentarse de la mejor manera al doble reto del confinamiento y la selectividad.
Marcarse un horario de estudio
Este paso es fundamental para que los alumnos puedan prepararse con garantías los exámenes y más en unas circunstancias en las que no cuentan con la guía presencial de los profesores. “El problema que los estudiantes dicen tener es la autogestión del tiempo”, cuenta Beatriz. El horario puede ayudarles a resolver esto: permite a los alumnos organizarse y saber lo que tienen que hacer en cada momento, aunque la profesora avisa: “Es importante marcarse unas metas cortas, reales y que sean cuantificables”. Es decir, no ser ambiguos y decir frases como “mañana me estudio un tema”. Es mejor concretar qué páginas o apartados son los que se va a estudiar, de qué asignatura y el tiempo que se va a dedicar a esa tarea. “Mejor que sea batalla a batalla y no la guerra entera”, dice.
Desconectar
“Los alumnos tienen que tener sus momentos para despejarse, el cerebro necesita airearse”, explica la profesora. Por eso, a pesar de que no se pueda salir a la calle, cree que es positivo dejar los libros de lado de vez en cuando y dedicarse a ver series o a hablar con los amigos.
Mantener el contacto
La tecnología y las redes sociales permiten mantener la vida social aunque estemos aislados en casa. Es positivo que los estudiantes mantengan relación con los compañeros durante el confinamiento, ya sea para resolver dudas, compartir experiencias o darse apoyo.
El contacto diario con los profesores también es clave. En el colegio de Beatriz recurren a las clases colectivas online, además de usar la comunicación por mail: “El modus operandi son las clases virtuales a través de Google Meet. Los alumnos se agregan a ellas, algunos con cámara y otros sin ella, depende de la conexión a Internet que tengan”. Los profesores van haciendo preguntas y los alumnos responden, ya sea a través de la cámara o por el chat. De esta manera, saben que están prestando atención y que la formación avanza.
Cuidado con los móviles
“La tecnología no es ni buena ni mala, depende de cómo la uses”, dice Beatriz. Es muy útil para avanzar en el temario y seguir preparando las clases en la distancia, pero la profesora advierte de que es importante no distraerse continuamente con aplicaciones como WhatsApp o Tik Tok.
Fomentar el espíritu positivo
Beatriz cuenta que, en su colegio, tratan de fomentar un espíritu positivo a pesar de la dureza de la situación. Frases como ‘con esto podemos’ o ‘ya queda menos’ les ayudan a motivar a los alumnos. Además, cree que esa sensación se refuerza si se apoyan entre sí: “Si a un estudiante se le da muy bien la Historia y a otro las Matemáticas, es bueno que se ayuden entre ellos. Así aceptan sus fortalezas y debilidades, se ayudan y se dan las gracias”, lo que mejora el ánimo de los estudiantes y elimina la idea de soledad durante el confinamiento.