Cada vez queda menos para que llegue Halloween, la noche más terrorífica del año donde niños y adultos disfrutan del Día de las Brujas con sus disfraces más aterradores y dispuestos a vivir una noche de miedo inolvidable. Esta celebración es cada vez más popular en nuestro país, y son pocos los niños que se la quieren perder, ya que cada vez hay más planes también para ellos. Por eso, algunas webs especializadas dan algunos consejos para que esta fiesta no tenga ningún riesgo para los más pequeños:
Es recomendable que los disfraces lleven algún tipo de color vivo o, si no lo llevan, que les coloquemos alguna banda reflectante para que con la oscuridad los niños sean vistos con claridad y evitar cualquier accidente.
Además, hay que evitar que sean excesivamente largos para que no se tropiecen, y comprarlos en lugares adecuados para ello, que cumplan con los requisitos de seguridad necesarios.
En el caso de los complementos, prestar especial atención a las máscaras y caretas que cubren sus caras, que sean lo suficientemente anchas y con espacio para respirar con normalidad. En los más pequeños es recomendable que las máscaras que cubren toda la cara no se usen, ya que pueden agobiarles y llegar a provocarles asfixia.
Lo mismo ocurre con el maquillaje. Es importante que sea no tóxico e hipoalergénico para evitar reacciones alérgicas o irritaciones. Es recomendable hacer una pequeña prueba sobre la piel unos días antes para comprobar que no les causa ningún problema.
Aunque sea una noche de celebración, siguen siendo niños y es aconsejable que vayan acompañados al menos de un adulto. Pueden juntarse un grupo de varios amigos y que un responsable les acompañe a pedir chuches y a dar sustos a la gente. Lo ideal es 1 adulto por cada 5 o 6 niños menores de 10 años.
Si ya son más mayores y pueden ir solos con sus amigos, comprobar también su ruta y sus planes, y explicarles con claridad lo que deben hacer en caso de accidente y cómo actuar. Además, es bueno que alguno de los del grupo lleve un teléfono para poder comunicarse en caso de que haya algún problema.
No pasa nada porque los niños de vez en cuando coman alguna chuchería, pero este día puede hacer que almacenen más golosinas de la cuenta y que luego quieran comérselas todas de golpe. Un truco para evitarlo es que cenen o merienden bien antes de salir a pedir caramelos, por lo que su hambre se reducirá. Además, intentar hacer comprender a nuestros hijos que es importante racionar bien lo conseguido y que no pasa nada por dejar para otras ocasiones algunas de las chuches.
Hay que tener especial cuidado también con las alergias y los atragantamientos. Es importante leer bien las etiquetas de los dulces que vayan a consumir para evitar un susto por una alergia alimentaria, y evitar que ingieran alimentos no aptos para ellos como caramelos duros, chicles...
Desde la Academia Americana de Pediatría se ha difundido una imagen en la que se resumen los consejos más importantes: