1. Mejora tu alimentación: se ha comprobado que existe relación entre el estrés y la comida. Las grasas aumentan los niveles de colesterol, lo que hace que el oxígeno que llega a los vasos sanguíneos sea menor y, por consiguiente la energía del cuerpo disminuye.
2. Realiza una buena respiración: un buen nivel de oxígeno en la sangre disminuye la sensación de cansancio y embotamiento.
3. Establece prioridades y organízate: llevar una agenda ayuda a no perder tiempo tratando de recordar dónde tienes que ir o qué tienes que hacer.
4. Haz ejercicio: con el ejercicio se libera tensión y liberas endorfinas que te ayudarán a mejorar el estado de ánimo.
5. Descansa bien: es preciso dormir entre 6 y 8 horas para recuperar las fuerzas. El sueño permite fijar las experiencias del día.
6. Deja tiempo para disfrutar: busca un momento al día para desconectar y relajarte.
7. Evita el café después del mediodía: cuando la cafeína es consumida en grandes cantidades, y a cualquier momento durante la tarde o la noche, la calidad del sueño podría descender y por consiguiente puede aumentar el cansancio.
8. Lee un buen libro: esta actividad te permitirá relajarte, ya que permitirá que tu mese se aleje de tus problemas y se centre en una historia distinta.
9. Disfruta el momento: el famoso carpe diem te puede ayudar a centrarte en el presente y evitar proyectarte en las obligaciones del futuro. Disfruta el aquí y ahora.
10. Cambia tu estilo de vida: en conclusión, todo esto -duerme seis u ocho horas, come a tus horas, realiza deporte y date un espacio para relajarte en familia- te llevará a cambiar poco a poco tu forma de vida para mejor.