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"¿Tengo que pagar yo sola el campamento de mis hijos?". "¿Si mi ex mujer quiere viajar con mis hijos al extranjero tiene que tener mi autorización?". O "¿cuántos días de vacaciones me toca estar con mis hijos por ley?". Son algunas de las consultas que más inquietan en verano a los padres divorciados o separados. Acaba el curso escolar, empiezan las vacaciones, y en consecuencia, aumentan los conflictos.
Beatriz Serrano, abogada matrimonialista, asegura que todos los veranos aumentan un 70% este tipo de consultas realizadas respecto a otros periodos del año. Incluso los padres que llevan años divorciados tienen conflictos sobre si deben ceder o no ante las demandas del otro progenitor.
"Cuando los menores acaban el curso escolar termina el régimen de custodia ordinario y empieza al régimen extraordinario o vacacional, lo que genera mayores conflictos", señala Serrano.
Los cambios en las rutinas habituales provocan que los padres se sientan desubicados. Por ello, como señala Mireia Vilaseca, psicóloga de infancia y familia, es muy importante que si se tienen dudas se acuda a servicios de mediación para que los profesionales puedan asesorar: "Siempre recomendamos una reunión previa a las vacaciones, utilizando figuras mediadoras en la comunicación si son necesarias, para concretar un plan mínimamente acordado sobre el tema vacacional y poderlo comunicar de forma calmada y con visión positiva a los hijos antes de que finalice el curso escolar".
El pago de la pensión de alimentos durante las vacaciones, la elección del tipo de contenido vacacional, el abono de los campamentos de verano o la autorización de subir fotografías a las redes sociales son, según Sergio Gómez, abogado experto en Derecho de familia, las cuestiones que más inquietan a los padres. Generalmente los hijos disfrutan de un periodo vacacional más largo que el de sus progenitores y Beatriz Serrano reconoce que "se hace difícil coordinar las vacaciones de las que pueden disponer los padres divorciados con los periodos vacacionales asignados en sentencia de separación o divorcio".
En los casos de ex matrimonios mixtos que los progenitores son de nacionalidades diferentes, lo que más preocupa a los padres es la salida de territorio español de sus hijos durante las vacaciones. “Para evitar potenciales sustracciones de menores estos hechos normalmente están supeditados a la autorización escrita por el otro progenitor”, indica la abogada Beatriz Serrano.
Los padres que presentan mayores conflictos son los que no están dispuestos a mirar por el bien del menor. Para aquellos padres que la separación está siendo conflictiva, el verano lo complica aún más. Según Mireia Vilaseca “son padres que no entienden que se separaron de su expareja, pero no de su familia y no gozan de buena relación entre ellos, por lo que en verano sus diferencias se recrudecen”.
Por ello, Lorena Rodríguez, psicóloga de adultos y terapeuta familiar del Gabinet Psicològic Mataró, insiste en que es importante que los padres "tengan un espacio para poder recuperarse de lo que están pasando y puedan resolver sus sentimientos para que estos intervengan lo menos posible en todos los acuerdos que deban tomarse".
Actualmente, según Sergio Gómez, el 80% de los conflictos se resuelve acudiendo a los juzgados y solo el 20% se solucionan a través de la mediación. Sin embargo, los expertos reconocen que la mediación es la mejor vía y recomiendan solicitar auxilio judicial únicamente en aspectos en los que no es posible alcanzar un acuerdo, siendo el juez el que decide lo mejor para los hijos.
Gómez asegura que la solución más eficaz es "concienciar a los padres de que las vacaciones escolares de sus hijos son necesarias y ante esa necesidad deben esforzarse para conciliar sus obligaciones con los cambios tan drásticos que acontecen en estas fechas".
Comunicación, mediación y pensar en el bienestar de los hijos. Esta es, según los expertos, la vía fácil. El principal objetivo debe ser siempre alcanzar acuerdos que eviten el sufrimiento de los hijos, de esta manera, tal y como sentencia Lorena Rodríguez, "se garantiza que puedan proteger a sus hijos e hijas de quedar atrapados en un fuego cruzado de peleas, gritos y reproches".
Según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial, el número de demandas de disolución matrimonial – separaciones y divorcios- ha aumentado una media del 1,2 por ciento en el primer trimestre del año respecto del mismo periodo de 2018, cosa que altera la tendencia de descensos que se venían registrando desde hace varios años.
Las últimas cifras de 2018 demuestran que en verano es cuando se producen menos divorcios, pero antes y después de éste, las cifras se disparan. De abril a mayo, y de octubre a diciembre es cuando las parejas más se separan. Solo el año pasado, durante estos meses, se llevaron a cabo 60.900 disoluciones matrimoniales.