La mezcla explosiva del alcohol al volante y el pique del conductor de un vehículo con el ocupante de un patinete podría haber terminado en tragedia en el centro de Gijón.
Un vecino de Gijón, de 57 años y que responde a las iniciales V.M.N.G ha sido detenido por colisionar, de forma intencionada según testigos, con un patinete eléctrico. El suceso tuvo lugar este martes a las 20.15 horas en la calle Ramón Cajal pasada la confluencia con la avenida de Pablo Iglesias.
El detenido golpeó al patinete conducido por un joven que, a consecuencia del impacto, salió despedido y cayó sobre la calzada. El chaval cae y se levanta pidiendo explicaciones.
Su hermano, que le acompañaba en otro patinete, y el conductor de un autobús de Emtusa que presenció los hechos, manifestaron que el acusado comenzó a increpar a los jóvenes en el momento en el que ellos le sobrepasaron para detenerse delante de su vehículo en un semáforo en rojo del cruce de la calle Ramón y Cajal con la calle Balmes.
Tras la maniobra, señalaron, habría comenzado a gesticular, a increparlos y a pisar el acelerador. Cuando el semáforo se puso en verde, dio acelerones y frenazos lo que hizo que presuntamente estuviese a punto de alcanzar al patinete antes del choque final.
La patrulla que se hizo cargo de la intervención observó que el detenido presentaba síntomas de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas. El conductor dio 0,60 en la prueba de alcoholemia y está acusado de un delito contra la seguridad vial y otro de lesiones. Se está investigando si este accidente, en realidad, no lo es , y pudo ser provocado.
La víctima tiene heridas, pero no está grave. Tuvo que ser finalmente trasladada en ambulancia al Hospital de Cabueñes. El accidente ha aumentado aún más la crispación entre los conductores de patinetes, que exigen leyes para regular su uso. Su normativa es difusa y diferente en cada ciudad. No es ni mucho menos la primera vez que vemos accidentes y barbaridades sobre patinetes.