Alejandro se encontraba al volante de su Fiat Stilo amarillo cuando se estrellaron en el brutal accidente de Galisancho, en Salamanca, en el que perdieron la vida cuatro jóvenes. Sin embargo, su conductor, un joven de 29 años, tan solo resultó herido, al igual que su copiloto. En los asientos de atrás, en cambio, iban cuatro amigos más de los que ninguno sobrevivió.
Una vez fuera de peligro, ya que ha podido abandonar el hospital Virgen de la Vega de Salamanca, el joven tiene que hacer frente a otro quebradero de cabeza: una pena de prisión que podría ascender a 16 años por homicidio imprudente más la responsabilidad civil.
En concreto, el joven se enfrenta a cuatro delitos de homicidio imprudente. Una infracción que está penada en el Código Penal con una pena de prisión de entre uno a cuatro años. Es importante recalcar que se trataría de este tipo de castigo porque el sospechoso no tuvo intención de matar, sino que estos fallecimientos fueron consecuencia de su acción, pero sin premeditación.
Eso sí, la norma de la triple de la mayor, según la cual un preso no puede permanecer en la cárcel más del triple del tiempo establecido en la mayor de las condenas podría hacer que tan solo pasara 12 años entre rejas. Sin embargo, a estas penas hay que unirle otros factores que podrían ser determinantes en los juzgados.
El joven ha dado positivo en alcohol y drogas. En concreto, en la prueba de alcoholemia que le realizaron los agentes en el centro hospitalario, el conductor marcó 0,52 mg/l de alcohol en litro de aire respirado en la primera medición y 0,41 mg/l en la segunda. Esto supondría doblar la marca establecida por la DGT. En las pruebas de estupefacientes, el sospechoso dio positivo en cocaína y anfetaminas.
El accidente se produjo a las 7:25 horas del pasado domingo 21 de julio, cuando el grupo de amigos volvía a su pueblo, Alba de Tormes. Viajaban seis personas en un coche de cinco, algo que pudo ser fatal, ya que al menos uno de los fallecidos no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Todo una semana después de que Alejandro recuperara el carnet tras su retirada durante un año por consumo de alcohol y estupefacientes. Un consumo que ahora ha costado la vida a sus amigos.