Condenan a un hombre a 26 años de prisión por degollar a su hermana en Jaén

  • La sentencia recoge que el hombre degolló a su hermana por la espalda con un serrucho en la calle

  • La víctima lo había denunciado en varias ocasiones

  • El acusado declaró haber consumido alcohol, cannabis y cocaína el día del suceso

La Audiencia de Jaén ha condenado a 26 años y nueve meses de prisión a un hombre, de 53 años, por degollar a su hermana, de 52 años, con una sierra de podar tras abordarla en una calle de Mancha Real en septiembre de 2020.

Un jurado le había declarado culpable. La magistrada, presidenta del tribunal popular, le ha condenado a 22 años y seis meses por un delito de asesinato, seis meses de cárcel por quebrantamiento de la medida cautelar de alejamiento que tenía en vigor, dos años de cárcel por un delito de amenazas no condicionales y 21 meses de prisión por un delito de atentado.

Además, le condena al pago de multas que suman 360 euros por dos delitos de lesiones. La sentencia le impone penas de alejamiento respecto a la familia de la fallecida. También le prohíbe residir o entrar en Mancha Real durante los cinco años siguientes al cumplimiento de la pena de prisión. En concepto de responsabilidad civil, se le imponen que indemnice a la familia de la fallecida en cantidades que suman 480.000 euros.

Tal y como determinó el jurado en su veredicto, se le absuelve de un delito de amenazas no condicionales por el que también venía acusado.

La defensa

Fue el pasado 11 de febrero cuando el jurado declaró por unanimidad culpable de asesinato a este hombre. Según recogen los hechos probados, degolló a su hermana a plena luz del día. Además, se saltó la orden de alejamiento que tenía en vigor y que le prohibía acercarse a la víctima.

El jurado declaró al acusado culpable de asesinato con alevosía, ensañamiento y con el agravante de parentesco. Asimismo, lo declaró culpable de quebrantamiento de medida cautelar, de un delito de amenazas, dos delitos leves de lesiones y otro de atentado contra los agentes de la autoridad.

Durante el juicio, el acusado lamentó lo ocurrido. Lo atribuyó al consumo de alcohol y drogas que le llevaron a "no saber gestionar" los problemas que tenía con su familia, especialmente con su hermana Manuela. La degolló con un serrucho de podar.

Drogas y alcohol

El acusado, que solo aceptó responder las preguntas de su defensa, señaló que el día en que ocurrieron los hechos había ingerido alcohol, cannabis y cocaína. Cuando vio a su hermana por la calle, según sus palabras, sintió "un estallido en la cabeza", al tiempo que se le aceleró el corazón y se le disparó la ansiedad.

La defensa sostuvo que sufrió un arrebato y que era víctima de un trastorno mental transitorio. Esto es algo que ya rechazó la forense psiquiátrica que lo examinó. También lo descartó el jurado en su veredicto. Según la perito forense, era relato "detallado" que ofreció el acusado sobre lo que había ocurrido es incompatible con un trastorno mental transitorio y así lo consideró el jurado.

Fallecimiento agónico

Las forenses señalaron que la agresión se produjo por detrás. En esta línea dijeron que su muerte fue "agónica" y siendo "consciente" de lo que le estaba pasando.

En su declaración descartaron que la muerte se pudiera producir de una manera accidental, como mantenía la defensa. Explicaron que el tipo de herida que presentaba (14 centímetros de largo y 3,5 de ancho) requería "mucha fuerza" y también presión para llegar a la profundidad que llegó.

Los hechos

Ocurrieron el 25 de septiembre de 2020. Tras reiteradas denuncias de la fallecida contra el acusado, él la abordó y la degolló con el serrucho de podar las ramas de los olivos.

La sentencia recoge que se abalanzó sobre ella "por la espalda, de forma totalmente sorpresiva e inesperada y sin dar opción alguna de posible defensa". Tras tirarla al suelo de boca y sujetándola por la coleta hacía atrás le "serró el cuello de izquierda a derecha con varios intentos y durante unos minutos, con el único propósito de aumentar el sufrimiento". Mientras tanto le decía que ya no iba a poner más denuncias. Tras matarla, el acusado se dirigió al cuartel para entregarse. Allí se enfrentó a los agentes.

La sentencia no es firme y puede ser recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de justicia de Andalucía (TSJA).