La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado al educador social del Centro de Acogida Niño Jesus, ex marido de la vicepresidenta y consellera de Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, a cinco años de prisión y 10 años de inhabilitación por haber abusado de una menor de 14 años que se encontraba bajo su tutela.
Según la sentencia, la sección segunda de la Audiencia Provincial, considera al acusado autor de un delito continuado de abuso sexual a una menor. Además, asume las peticiones de la Fiscalía, por lo que ha impuesto que el acusado deberá indemnizar a la menor con 6.000 euros y no podrá acercarse a menos de 200 metros.
Se le inhabilita también para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto con menores durante un plazo de 10 años, y se le impone la medida de libertad vigilada por tiempo de cinco años en relación con el artículo 106.1 j del Código Penal, con obligación de participar en cursos formativos de educación sexual.
La sentencia ha probado que Luis Eduardo R.I entraba en la habitación de la víctima aprovechando que se encontraba sola, cuando tan solo tenía 13 años, y la castigaba por llegar tarde o simplemente hacer ruido. "Una vez creía que se hallaba dormida, cogía la mano de la niña y se masturbaba", indica el fallo de la Sección Segunda, que considera probado que ocurrió en, al menos, una decena de ocasiones. Ella, "ante la vergüenza" se hacía la dormida.
Los hechos ocurrieron entre los años 2016 y principios de 2017, cuando el acusado se ocupaba del turno de noche en el citado centro de menores, y con el que la menor mantenía una relación de confianza. Acudía por las noches con la excusa de que la menor tenía dificultad para conciliar el sueño por sus miedos. Y cuando este pensaba que se había quedado dormida comenzaba a masturbarse con ella.
El tribunal, además, ha dado total credibilidad al testimonio de la menor y recrimina a la directora del centro que, al tener noticia de unos presuntos abusos, no preguntara a la niña ni la derivara a otro centro. "Llama la atención que sólo le preguntara sobre las razones por las que quería abandonar el centro", recoge el auto.
Asimismo, el tribunal ha entendido que la niña no rechazara abiertamente los abusos ya que se encontraba en una situación de vulnerabilidad; además, la buena relación que mantenía con el acusado; y el hecho de que éste tenía relación con personas importantes, y su desconfianza en que sus manifestaciones fueran a ser creídas fue lo que llevó a la víctima a mantenerse en silencio hasta el momento.
En este sentido, la sentencia considera normal que la víctima no sea capaz de concretar fechas exactas pues se considera acreditado que, al menos desde octubre de 2016 hasta enero o febrero de 2017, la menor pasó período largos en la habitación individual, debido a su mal comportamiento. Además, señala que cuando finalmente el novio de la menor conoce por ella los hechos, va a pedirle explicaciones al educador y la reacción de éste ante una acusación tan grave, no fue la de negar los hechos de una manera vehemente.