Condenan a 21 años a un monitor de deportes que abusó y prostituyó a cuatro menores en Reus
La sentencia aplica la circunstancia atenuante de enajenación mental
De los 21 años de condena en la cárcel cumplirá un máximo de nueve
Una vez cumplida la pena de cárcel, durante 7 años estará en libertad vigilada
La Audiencia de Tarragona ha condenado, en un acuerdo de conformidad, a 21 años de cárcel a un monitor de deportes y entrenador de fútbol que abusó y prostituyó a cuatro menores de edad en Reus, entre el 2016 y el 2019.
La sentencia aplica la circunstancia atenuante de enajenación mental, al reconocer que el hombre tiene acreditado un grado de discapacidad del 65%, y ya es firme, aunque de los 21 años de condena en la cárcel cumplirá un máximo de nueve.
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La condena se desglosa en tres delitos continuados de abusos sexuales a menor de 16 años (3 años cada uno); tres de inducción a la prostitución a menor de 16 años (3 años cada uno); abusos sexuales a menor de edad (1,5 años de prisión) y corrupción de menores (1,5 años).
Una vez cumplida la pena de cárcel, durante 7 años estará en libertad vigilada, no podrá trabajar en nada relacionado con menores ni comunicarse por ningún medio con las víctimas ni acercarse a menos de 250 metros de ellas.
El hombre, de 44 años y discapacitado, aprovechó una visita al hospital a una niña de 10 años para tocarla, aunque la menor pudo impedir parte de los abusos y se lo contó a su madre. Sin embargo, dos años después, el hombre le ofreció dinero a cambio de sexo en varias ocasiones, a lo que la niña se negó.
La segunda víctima tenía 11 años, estaba tutelada por la Dirección General de Atención a la infancia y a la adolescencia (DGAIA) y frecuentaba el domicilio del agresor con una amiga y su novio, pariente lejano del agresor. El penado abusó de ella y entre el 2017 y el 2019, le daba entre 20 y 50 euros por mantener relaciones y le obligó a hacerle una felación un día que se negó.
La tercera víctima es la amiga con la que acudía al piso del agresor, a la que daba dinero a cambio de tocarla desnuda y masturbarle, tanto en su domicilio como en un colegio de Reus, al que tenía acceso como entrenador de fútbol.
La cuarta víctima trabajaba como cuidadora de la madre del agresor en el piso de él y cuando tenía 15 años, se negó a mantener relaciones a cambio de dinero, pero a los 16 años, accedió en varias ocasiones. Las familias y, posteriormente la DGAIA, denunciaron los hechos a los Mossos d'Esquadra a primeros del 2019 y el juez decretó cárcel provisional para el agresor.