La Audiencia Provincial de Zamora ha condenado a un hombre a 28 años y siete meses de cárcel por dos delitos de agresión sexual continuada, de los que fueron víctimas las dos hijas menores de su pareja, y un delito de maltrato en el ámbito familiar a la madre de las niñas.
La sentencia considera probado que el acusado, que convivió durante siete años con las víctimas, se valió de que ejercía como si fuera el padre de las menores, que tenían 17 y 12 años cuando comenzaron los abusos, para obligarlas en reiteradas ocasiones a mantener relaciones sexuales con él durante un año y medio.
El hombre aprovechaba los momentos en los que su pareja sentimental trabajaba o las noches en las que el resto de la familia dormía para agredir sexualmente, por separado, a ambas hermanas, que desconocían cada una lo que le hacía a la otra.
El acusado amenazaba a las víctimas con matar a su madre o a su abuela si contaban lo ocurrido y al cometer las agresiones sexuales les decía que así aprenderían para cuando tuvieran novio, según los hechos probados que establece la sentencia.
El tribunal ha subrayado que "los miserables abusos y la canalla lascivia" del condenado han condicionado la satisfacción vital más esencial de las víctimas y han devastado el bienestar infantil de las menores.
La condena incluye trece años y medio de prisión por un delito continuado de agresión sexual a la hermana de mayor edad, a la que deberá indemnizar con 15.000 euros.
Para la otra menor fija una indemnización similar por otro delito continuado de agresión sexual, por el que el acusado suma otra condena de catorce años y tres meses de prisión.
En ambos casos, una vez cumplido el tiempo de prisión, el condenado deberá estar seis años en libertad vigilada y se le prohíbe durante el tiempo de cárcel y el de libertad vigilada a aproximarse o comunicarse con las víctimas.
Por último, se le ha condenado a diez meses de prisión por un delito de maltrato de obra en el ámbito familiar, en presencia de un menor.
La Audiencia Provincial de Zamora ha dado credibilidad al testimonio de las menores, ya que en todas sus declaraciones han mantenido los hechos nucleares y están corroborados por otros testimonios y los informes forenses y psicológicos.
En el juicio, el acusado negó los hechos y alegó que todo había sido urdido por la madre de las víctimas en venganza porque había roto la relación con ella, algo a lo que no da credibilidad el tribunal al recordar que la denuncia partió de las hermanas y no de la madre