Simuló que su pareja había cometido un acto atroz. Que le había echado pegamento en la vagina con la intención de cerrarla para siempre. Su idea era clara. Que su ex sí acabara encerrado de por vida en la cárcel. Según el Diario de León, que ha tenido acceso a la sentencia de 238 folios, la Audiencia Provincial de León ha condenado a Vanesa a diez años de prisión por los delitos de simulación de delito y detención ilegal. Además le impone una indemnización de 25.000 euros a su expareja. La Audiencia asume prácticamente al completo la petición de la Fiscalía del área de Ponferrada que investigó el suceso y que solicitaba en sus calificaciones previas 11 años y 8 meses de prisión.
Vanesa no actuó sola en su plan. Contó con la ayuda de Fernando, que la ayudó, según desgrana la sentencia desvelada por el Diario de León. Así pudo atarse las manos con cinta adhesiva, a colocarse una media en la cabeza, a romperse la camisa y a echarse pegamento en una pierna cerca de la zona púbica. El tribunal le ha condenado como cómplice criminalmente responsable a siete meses de multa, a 10 euros diarios.
Ambos fueron a Bembibre, donde vivía su expareja. La acusada ideó un plan para exponer a los medios de comunicación y hundir a su ex. Y el plan, ahora desbaratado como falaz por la justicia, da miedo. Denunció que había sido secuestrada por dos hombres y llevada a la casa de su ex donde este intentó pegarle a la vagina. Para ello planeó también la parte final llegando descalza, maniatada y autolesionada a una farmacia de madrugada donde entre ansiedad y pánico solicitó la presencia de la Guardia Civil porque su ex pareja iba a matar a su hijo tras secuestrarla y abandonarla. Nada era cierto.