Lo que no esperaba Concha, que fue a la cita, como destaca El País, junto a su cuidador. vestidos de negro, y con guantes de látex es que una policía fuera de servicio se convirtiera en testigo del crimen y avisara al 091. No solo eso. La policía y el resto de patrullas intentaron evitar la muerte de la víctima. El marido tenía varias heridas en el pecho y en el cuello hechas con un destornillador. Cuando llegaron los servicios sanitarios estaba tendido en el suelo entre dos coches y en medio de un gran charco de sangre.
El caso llama más la atención porque este hombre es el cuarto esposo que pierde la detenida que, aunque iba en silla de ruedas, se puso de pie durante el forcejeo para acabar con su vida. Concha de 45 años, está detenida junto con su presunto cómplice, el cuidador de 58 años. Pillados 'in fraganti' fueron atrapados en un aparcamiento de Alicante. Los dos primeros exmarido de Concha viven, pero el tercero falleció en un suceso violento en el que, en principio, ella no tiene relación alguna, según las fuentes. Por el momento se descartan los motivos económicos porque no consta que el fallecido tuviera grandes propiedades ni dinero.
Los vecinos son claros a la hora de hablar de la pareja. Consideran que el matrimonio siempre les pareció de conveniencia, con una boda a la que acudieron poco más de 15 personas. "Amor, amor, ahí había poco", señalan. Uno de los excuñados de Conchita lo tiene claro: "Siempre ha sido una chica muy alegre, de las que dejan huella". Toda una historia de cine negro.