Diciembre es el mes por excelencia de las comidas y cenas de empresa, de amigos o de la familia, donde los desplazamientos se multiplican y con ellos los controles de la DGT para drogas y alcohol. Para estas ocasiones lo mejor es siempre recordar que alcohol y conducción no son compatibles, y que podemos disfrutar de estas fechas sin necesidad de coger el coche.
Los datos son claros sobre el peligro que su consumo supone: El 43% de los conductores muertos en 2018 había consumido alcohol o drogas. El alcohol siempre está rodeado de grandes mitos, y con los excesos también empiezan a circular los que intentar no dar positivo en los controles que estarán por todas partes.
Estos mitos han sido desmentidos en numerosas ocasiones por los expertos: no, no sirve comer café, chicles o caramelos, ni hacer ejercicio intenso justo antes del control, beber gran cantidad de agua o dormir un rato.
Para un adulto de complexión medio una copa de vino, un combinado o dos cañas tardan en metabolizarse una hora, y como normal general basta con un vaso y medio de cerveza para dar positivo en el control. Pero existen diferentes factores que influyen en el grado de alcoholemia de las personas, algunos de ellos son: