Mientras el Levante sufre por una lluvia inusual en pleno mes de agosto ; en otras provincias están padeciendo las consecuencias de la sequía. Como puede ser en Sevilla, llevan ciento dieciocho días sin una sola gota de agua.
En Sevilla, desde el 25 de abril no se ha abierto el paraguas pero realmente quién está sufriendo esa escasez de agua es el campo. La junta de Andalucía ha tenido que autorizar a los ganaderos ecológicos para poder dar a sus animales pienso convencional porque no hay pastos suficiente en el campo.
Donde también se nota es en el cultivo. Los aguacates necesitarían una hora de riego pero solo reciben veinticinco minutos. La consecuencia es que la cosecha será un cincuenta por ciento inferior a la que debería haber.
En la misma tesitura se encuentra el olivar, empezado a tomar medidas extremas: ‘’estamos disminuyendo los días de riego y el número de horas de riego para intentar aprovechar más el agua y alargar un poco el ciclo de riego porque no sabemos cuándo va a llover’’.
A los ganaderos no les va mucho mejor. Sin lluvia no hay pastos y tienen que recurrir a los piensos para alimentar a los animales ‘’ estamos en unos gastos sobre un treinta y cinco y cuarenta por ciento más que un año normal’’. Esto hace que haya un sobrecoste de unos diez y doces euros pro animal.
La reserva hidráulica de los embalses andaluces ha descendido en el último año un 15,56 por ciento, ya que en éste mes de agosto se encuentra al 43,96% de su capacidad total, con 4.911 hectómetros cúbicos de agua almacenada, frente al 59,52 por ciento y 6.650 hectómetros del mismo mes de 2018.
La situación solo la puede aliviar un otoño muy lluvioso porque este año está siendo especialmente seco.