Si hablamos de sombreros, el tamaño sí importa y el material también
Para elegir un sombrero es importante tener en cuenta dos aspectos: la medida del ala y el tejido en que está fabricado. La medida para una óptima protección de la cara, las orejas y el cuello debe ser superior a 7 centímetros. En cuanto al tejido, si optas por fibras naturales como rafia o paja, deben estar apretadas para evitar que el sol se cuele entre el trenzado. En esta categoría entran los conocidos genéricamente como Panamá, aunque según la forma también pueden ser un Fedora o un Trilby.
Los tejidos sintéticos suelen ser más densos y ofrecen mayor protección pero tienen otro inconveniente, que dan más calor. Si además llevas bajo tu sombrero unas gafas de sol, no sólo añades glamur a tu estilismo, también un extra de protección para tus ojos.
Cuidado, no te fíes de los sombreritos, las gorras y las viseras
Buket y Boonie son los nombres de los sombreritos de tela que habitualmente usan los pescadores. El primero, de ala más corta, cubre de sombra los ojos y parte de la nariz. Algo similar ocurre con la gorra de béisbol porque aunque su visera sea capaz de quitarte el sol de la cara, deja al descubierto las orejas y el cuello. El color del sombrero o de la gorra es también importante: cuanto más claro, más luz entra a través de la tela.
En cuanto a la visera sin gorra, obtienes prácticamente el mismo resultado y además deja desprotegido el cuero cabelludo. Tal vez los mejores momentos para sacarlos a la calle sean las primeras y últimas de sol y no las horas centrales.
El pañuelo y el turbante, una herencia poco explotada
Un pañuelo o un turbante bien colocados puede ser un buen aliado contra el sol. Cierto que sólo protegen el pelo y el cuero cabelludo de los rayos solares, pero si lo acompañas de la protección solar adecuada y unas buenas gafas de sol, estarás perfecta si tu piel no es demasiado delicada. Si necesitas mayor protección, colócalo bajo un sombrero o una gorra y tendrás cubierto lo que el pañuelo no es capaz de tapar. Lo que está claro es que si te decides a usar un pañuelo o un turbante en la cabeza es porque eres una diva. Sí o sí.
Cuando nada es suficiente, tira de sombrilla
Si a pesar de todo nada es suficiente, siempre te queda un recurso importado de China: la sombrilla de mano o parasol. Parece una excentricidad pero lo cierto es que de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda por ser uno de los accesorios más efectivos para mantener alejados los rayos UV de la piel siempre que se elija la sombrilla adecuada: la loneta por ejemplo tiene una altísima capacidad para absorber la radiación pues sólo tiene un 5% de transmisibilidad.
Muchas son las famosas que los llevan por la calle, especialmente las de piel muy pálida como Anne Hathaway, Dita Von Tiese, Gwen Stefani o Cameron Díaz. Es divertido, fresco, no aplasta el peinado y, desde luego, te diferencia del resto.