Cómo se usará el sonar que puede confirmar el peor escenario en el caso de las niñas de Tenerife
Si hay un eco positivo se podrá tomar imagen y bajar a recoger objetos.
Luis Avial, director técnico de Cóndor Georradar se muestra pesimista sobre el final del caso de las niñas de Tenerife
"Tenían que haber utilizado el sonar desde el primer día", ha declarado
Es el clavo ardiendo de los investigadores. Que el sonar pueda descifrar el enigma de las niñas desaparecidas en Tenerife. El sonar del buque oceanográfico Alvariño podrá detectar el eco de un cinturón de plomos que falta de la barca de Tomas y y el ancla con la cadena que pudo utlizar para lastrar. La búsqueda en el fondo marino va desde los 400 metros a los 1500 de profundidad. Donde sitúan el teléfono de Tomás. Es complicado porque esta lleno de barrancos que podrían alterar el eco. Las corrientes van hacia el sur y bordean la isla hacia la Gomera. Todo eso se va a sondear también. El fondo mejora al ser arenoso. El barco lleva un robot con brazos articulados y una cámara.
Si hay un eco positivo se podrá tomar imagen y bajar a recoger objetos. Será una larga y complicada búsqueda que seguirá atenta la madre de las pequeñas. Beatriz sigue firme en la creencia de que Tomas se ha fugado, por la forma en la que dejó a sus amigos y familia sus pertenencias para Beatriz la madre de Olivia y Anna, significa que Tomas se quería iir lejos con las niñas como le dijo en la ultima llamada que ella le hizo.
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Un buque oceanográfico dotado con un sistema de ecosonda multihaz y un robot submarino se dirige hacia Tenerife, adonde podría llegar a finales de semana para sumarse a la búsqueda de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas junto a su padre desde el 27 de abril, informaron a Efe fuentes de la investigación.
Se trata del Ángeles Alvariño, del Instituto Español de Oceanografía, que se lo ha cedido a la Guardia Civil, tal y como avanzó la semana pasada la directora del instituto armado, María Gámez, pendiente entonces de la pertinente autorización del juzgado que instruye la causa como un presunto delito de secuestro. A bordo de esta embarcación, que salió del puerto de Vigo este domingo y que en estos momentos navega en paralelo a la costa portuguesa, viaja el robot sumbarino Liropus.
Se trata de un robot no tripulado capaz de maniobrar hasta 2.000 metros de profundidad, y que fue empleado para la observación del volcán submarino Tagoro, frente a La Restinga (El Hierro). Con esta tecnología, la Guardia Civil rastreará el fondo submarino en un área delimitada por el geoposicionamiento del móvil de Tomás Antonio G.C., obtenido a través de un duplicado de su tarjeta, en la madrugada del 28 de abril, horas después de que se le perdiera el rastro. Las cámaras de la Marina de Tenerife y un vigilante lo vieron salir por segunda vez a la mar con su lancha a las 00.30 horas.
Antes, había entrado al puerto solo con su coche, desde el que llevó a su embarcación varias maletas y bolsas, y realizó una primera incursión al mar. Cuando regresaba a puerto, la Guardia Civil lo interceptó y lo propuso para sanción por saltarse el toque de queda. En la embarcación, los agentes no encontraron nada sospechoso. A esas horas la madre de las niñas aún no había denunciado su desaparición.
Horas más tarde, la lancha fue hallada vacía y a la deriva frente al Puertito de Güímar, y, al cabo, los equipos de emergencia localizaron flotando en el agua una silla de retención infantil que usaba Anna.
Luis Avial teme un nuevo caso Bretón
Luis Avial, director técnico de Cóndor Georradar no es optimista en el caso de la desaparición de las niñas de Tenerife porque ve en algunos de los elementos de este caso una repetición de lo ocurrido en Córdoba con José Bretón y sus hijos Ruth y José, crimen del que el próximo 8 de octubre se cumplen 10 años. Su tesis es la más dramática de todas las posibles. Que Tomás Gimeno acabó con la vida de las niñas en tierra y las arrojó al mar. Y luego se quitó la vida. Esa es su teoría.
"Tenían que haber utilizado el sonar desde el primer día. El SIVE (Sistema de vigilancia utilizado para controlar la inmigración ilegal) está preparado para detectar embarcaciones como la de Tomás y tienen que tener grabada cual fue la ruta que hizo. Tendrían que poner el sonar de barrido lateral en un barco y seguir la misma ruta que hizo el padre de Anna y Olivia el 27 de abril. El SIVE sabe por dónde pasó, defiende el experto en declaraciones a La Razón.