Los ácaros son unos insectos de la familia de los arácnidos que no son visibles a simple vista y que viven en el polvo y se encuentran habitualmente en todo tipo de tejidos, como la ropa de cama, los colchones y almohadas, las alfombras.
Estos insectos pueden provocar enfermedades en las personas como el asma alérgica, una enfermedad respiratoria que se activa cuando se inhalan alérgenos como los ácaros del polvo, la dermatitis atópica, conocida como eczema, se trata de una reacción alérgica en la piel.
Aunque la presencia de los ácaros no se puede erradicar del todo, a pesar de extremar las normas de limpieza, te damos una serie de recomendaciones que recogen varios sitios web especializados.
1. Airear la casa: es recomendable ventilar bien los dormitorios, lugar favorito de los ácaros por los colchones y las almohadas. Para que sea efectivo, tendrás que abrir las ventanas al menos media hora.
2. Limpiar el polvo: usa un pañuelo limpio para evitar que el polvo y losácaros pasen al aire y se queden en suspensión. Utiliza la aspiradora en lugar de la escoba.
3. Humedad ambiental: los ambientes húmedos fomentan la aparición de ácaros.
4. Colchón y almohadas: es recomendable que utilices fundas antiácaros para que así no se concentren en la cama. En caso de no tener una, puedes pasar el aspirador por encima del colchó y almohadas con el filtro adecuado.
5. Lavado de sábanas: pon sábanas nuevas cada semana.
6. Prescinde de alfombras y moquetas: estos arácnidos utilizan las alfombras y moquetas como hogar. Es mejor no tenerlas, pero en caso de que dispongas de alguna, tendrás que limpiarlas correcta y habitualmente.
7. Productos químicos: en los supermecados puedes encontrar de forma sencilla productos acaricidas.
Un estudio de la universidad de Kingston, Inglaterra, afirmaba que una cama puede albergar hasta 1,5 millones de bacterias entre las que dormimos todos los días pero lo peor puede encontrarse en la funda de la almohada si no la lavamos.
En esta zona suele encontrarse un caldo de cultivo propenso (la saliva, sudor, maquillaje, cabello y otras células muertas) para que las bacterias campen a sus anchas. Entre otros peligros a los que nos exponemos si no lo lavamos a menudo son numerosos:
Acné
El sudor y las células muertas con las que nos rozamos toda la noche pueden provocar que los poros se obstruyan y salga el acné.
Alergias
Los ácaros son los principales responsables de muchas alergias, algo que puede desembocar en algo más grave como el asma.
Sistema inmunológico debilitado
Por lo que es más fácil coger gripes, bronquitis o sentir dolor de garganta.
Respiras caspa
La suciedad que acumulas en tu pelo a lo largo del día lo terminas respirando por la noche.
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