La doctora Suzanne Higgs, experta en psicología del apetito de la Universidad de Birmingham participó en varias investigaciones sobre cómo afecta hacer otras actividades mientras se come. Según relata la 'BBC', la doctora analizó a personas que se centraban en lo que comían y otras que comían centrando su atención en otras actividades. Llegó a la conclusión de que aquellas personas que estaban distraídas ingerían una cantidad mayor de alimentos.
Comer viendo la tele o leyendo no es lo único que podría estar vinculado al aumento de peso. Comer mientras se camina también influiría. Según otro estudio, en este caso realizado por la Universidad de Surrey, la ingesta de alimentos se multiplica respecto a la del anterior estudio. Sobre todo, se llegó a la conclusión de que tras ingerir comida caminando se tenía hambre mucho antes, con lo que se acaba picando entre horas.
Ambas investigaciones concluyen que debemos involucrar más a nuestro cerebro a la hora de alimentarnos, especialmente en la comida. Tendemos a recordar más que comemos y qué cenamos por que sacamos tiempo para esta actividad y nos centramos en ella, algo que no sucede con las comidas a causa de los horarios laborales.