Es cierto aquello de no perder ni un segundo de vista a los niños cuando son pequeños porque se lo llevan todo a la boca. Si no que se lo digan a esta madre inglesa que dejó a su pequeño de 16 meses solo en la cocina y terminaron en urgencias.
Durante los minutos que la madre dejó solo al bebé, el pequeño se tragó todo lo que pudo alcanzar, entre lo que se encontraban los imanes de la nevera.
Cuando la madre volvió a la cocina y vio que habían desaparecido los imanes, comenzó a preocuparse y llevó al niño a urgencias. Cuando los médicos le realizaron una radiografía de estómago, no se podían creer lo que veían: se había comido 42 imanes del frigorífico.
Como afirma el diario Daily Mail, el pequeño tuvo que ser operado de urgencia y, por suerte, está recuperándose de la ‘comilona’.