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Por fuera una vivienda más en La Línea de la Concepción. Por dentro una auténtica `caverna´ prehistórica con cientos de útiles del Paleolítico y el Neolítico, al que su ilegítimo propietario añadía otras piezas de arte precolombino. Todo un museo pirata, al que Guardia Civil y Policía Nacional llegaron por distintas pistas, para luego unir esfuerzos en una investigación conjunta.
La clave, la colaboración ciudadana, que puso sobre aviso a las fuerzas de seguridad del Estado. El momento, primeros de mayo pasado. Tras registrar un centro socio cultural en el que se hayan 25 útiles prehistóricos, se registra la vivienda de su propietario. Ábrete sésamo. Allí aparecen otro medio millar de piezas.
El hallazgo es de tal relevancia, que los investigadores deben acudir a los expertos. La cátedra de prehistoria de la Universidad de Cádiz, dirigida por José Ramos Muñoz, confirma que se trata de una serie de materiales líticos tallados y pulimentados de gran calidad técnica, de gran valor histórico y patrimonial, que proceden de varios continentes.
Piezas como bifaces y hendedores de sílex y arenisca, de procedencia africana, vinculadas al Homo Erectus con una antigüedad que alcanza el millón de años. Puntas pedunculadas, foliáceos, raederas, puntas y láminas de entre 300.000 y 150.000 años atrás, sacadas de países como Marruecos, Argelia y Mauritania.
La cosa no acaba ahí. Junto a todo eso, material de entre 25.000 y 11.000 años antes de nuestra era, allá por el Paleolítico Superior, o del Neolítico, hace unos siete mil años. Sumen y sigan, porque a estas piezas, todas con origen en África, este pirata de la prehistoria había acumulado otras con más de 20.000 años llegadas de América como unas puntas foliáceas en sílex de la Cultura Clovis.
Y claro está no podía dejar de haber saqueado objetos europeos como algunos atribuidos a los neandertales con origen en yacimientos de Zaragoza y otros provenientes de Francia e Italia, o del mismísimo peñón de Gibraltar, Una colección, en palabra de los expertos académicos "espectacular", y en palabra de lo expertos policiales "ilegal". ¿Su destino?, por ahora el museo de Algeciras. El de su ilegítimo propietario, comparecer ante la justicia.