La Semana Santa no es sólo una época de culto religioso, también es uno de los momentos favoritos del año para los amantes de la gastronomía. Y es que estamos ante unos días que son, entre otros, sinónimo de torrijas, ya que es durante este periodo cuando tradicionalmente se realiza y consume este dulce.
De todas las recetas que existen para elaborar torrijas, la tradicional es la más consumida y la preferida. Su elaboración consta de cuatro claves muy sencillas:
1. La importancia del pan
Es la clave de la torrija, un buen pan puede ser la diferencia entre un triunfo y un fracaso respecto a su elaboración. Se recomienda que sea casero, pero en estas épocas es muy común encontrar un pan fabricado especialmente para su realización. Si no se encuentra un pan especializado para realizar torrijas, basta con utilizar una barra del día anterior. Es fundamental acertar en el corte de la rebanada, ya que no tiene que ser ni muy fino ni muy gordo.
2. Infusionar la leche
El segundo paso para elaborar este dulce es el de pasar las rebanadas de pan por leche para que se empapen bien. Ahora, se puede realizar este paso sin añadir ningún elemento más, pero si queremos aportar mayor sabor a la torrija podemos infusionar previamente la leche. ¿Qué elementos añadimos a la leche? Pues canela, algo de azúcar o incluso un poco de rayadura de limón. Si hervimos la leche con estos productos y después la dejamos reposar, el sabor final será aún mejor. El tiempo que tienen que permanecer el pan en la leche ha de ser de unos cinco minutos, ya que la rebanada se tiene que empapar por completo.
3. Huevo y aceite
Tras tener las rebanadas de pan bien empapadas en la leche, hay que pasarlas por huevo batido para generar una pequeña película en toda la superficie. Pero antes de empezar con el rebozado del pan, es importante tener preparado el aceite para su posterior fritura. Es importante utilizar un aceite nuevo, ya que así nos quitamos de que adquiera posibles sabores de una fritura anterior; y que éste sea de oliva suave, porque aunque podemos utilizar uno de girasol, el aceite de oliva siempre va a aportar un mejor resultado (tanto estético como de sabor). Cuando el aceite esté caliente las torrijas no tardarán más de dos minutos en hacerse. Eso sí, hay que realizarlas en tandas de dos o tres, dependiendo del tamaño de la sartén, porque si no la temperatura descenderá y no obtendremos el resultado deseado.
4. Miel y agua
Cuando ya tenemos las torrijas fritas, y hemos quitado los restos de aceite de cada rebanada con un papel de cocina, hay que realizar una mezcla como acompañamiento final. Este sirope consiste en la mezcla dos partes de miel y una de agua, todo ello removido. Finalmente con una cuchara cogeremos el sirope realizado y lo iremos poniendo en la superficie de la torrija. Así conseguimos el dulzor necesario sin tener que usar azúcar refinada.
Tras estos sencillos pasos ya podremos disfrutar del que es el dulce más típico de la Semana Santa y por el que muchos añoran esta época durante el resto del año.