La clave está ahora en el rastreo: si se localiza al 20% de los contactos se puede mitigar la epidemia
Un estudio liderado por dos españoles ha calculado que si se consigue detectar al 50% de los infectados y se alerta al 20% de los contactos, el avance de la Covid no pondrá en riesgo al sistema de salud
La reapertura de los colegios e universidades, en contra de lo que se piensa, no generaría un gran pico en el número de casos, según la investigación
Además de las pruebas y seguimiento también es fundamental el comportamiento de la sociedad
En España hay ahora mismo más de 81.000 sospechosos de tener coronavirus. Es la cifra oficial de personas contactadas por los sistemas de salud por haber estado en contacto con alguno de los cerca de 600 brotes activos. “De esos casos identificados, el 10% aproximadamente termina siendo positivo por Covid”, explicaba el pasado jueves Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias.
La capacidad de rastreo es ahora mismo clave para conseguir mitigar el avance del coronavirus. Un reciente estudio liderado por los investigadores Esteban Moro y Yamir Moreno publicado en Nature Human Behaviour, le ha puesto una cifra mínima. “Lo que nosotros hemos averiguado es que no hace falta localizar al 100% de los contactos. Con conseguir alertar al 20%-40% sería suficiente. No es un gran despliegue”, comenta este experto en datos desde Boston, donde es profesor visitante en el MIT Media Lab.
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¿Cuánto es capaz de detectar el sistema español? “El sistema nacional detecta entre 2 y 7 contactos. Lo que hacemos ahora no es un sistema malo”, defendía Simón. ¿Suficiente? Muchos expertos opinan que no. “Está claro que no es lo mismo localizar al 20% de los contactos cuando tienes 10 infectados que cuando tienes 100. La estrategia es la misma, pero tienes que escalar los recursos”, explica el coautor del estudio Yamir Moreno, responsable del Grupo de Redes y Sistemas Complejos (COSNET) en la Universidad de Zaragoza. “Pero lo que sí sabemos es que solo con hacer pruebas no será suficiente”.
Moreno y Moro, junto con trece investigadores más, han generado un simulador de una ciudad de cuatro millones de habitantes (Boston, concretamente) para estudiar la mejor estrategia en el camino hacia la normalidad y sin vacuna todavía para la Covid. La receta
- Detectar con pruebas PCR al 50% de los infectados.
- Rastrear al 20%-40% de los contactos.
- Que las personas afectadas hagan cuarentena.
Con una detección del 50% de los casos y un rastreo del 40% de los contactos, el número de pacientes ingresados en UCI (curva azul más oscuro) se situará en torno al 30% de la capacidad de camas del sistema, según la simulación. Una cifra manejable.
Las dificultades del rastreo
Conseguir alertar a los 200 invitados de una boda donde parece que ha surgido un brote es relativamente sencillo. Pero los focos más preocupantes para el sistema de salud no son esos. “Tenemos 46 brotes que han generado 1.500 casos. Suelen ser en locales de ocio y esta población es más difícil de seguir porque las personas vienen de zonas geográficas más amplias”, admitía Simón.
“Tenemos que intentar ver dónde se está juntando la gente, en qué lugares. Ya no nos sirve saber como antes si las personas no cogen el coche o salen poco de casa. Tenemos que saber dónde van y rastrear los contactos”, explica Moro.
La ‘app’ de móvil Radar Covid, que se pondrá en marcha en pocos días en un par de Comunidades Autónomas y se extenderá a todo el país en septiembre, podría ayudar a cubrir algunas de las carencias de medios/tiempo del rastreo manual. “Habría sido mucho mejor que hubiera estado lista antes, pero no llega tarde”, sostiene Moro. “Lo que quizá sí que llega tarde es para poder tener tiempo de maniobra. Estamos ya en la segunda ola”.
La prueba piloto de la Gomera ha tenido unos resultados muy positivos: la ‘app’ es capaz de alertar al doble de contactos que el rastreo manual. “Pero las condiciones eran muy diferentes a las que vamos a ver ahora en el mundo real”, apuntaba Simón. “Que nadie se piense que esta herramienta es la panacea, pero no podemos desaprovechar la oportunidad de aprender. Tenemos que ser prudentes”.
La población en cuarentena si se realiza un rastreo del 40% de los casos sería del 9%, una cifra similar a la que marcaría el pico si no se realiza ningún rastreo, según la investigación.
La reapertura de colegios
Con las noticias sobre los rebrotes y los datos que sitúan a España de nuevo al frente de casos positivos en Europa, muchos temen todavía más la reapertura de los colegios y universidades. “El objetivo del verano es llegar a septiembre con la menor transmisión comunitaria posible. Si con la vuelta al colegio se produce cierto aumento relacionado con la educación, partiremos de una situación más baja”, explicaba Simón en su última comparecencia.
El modelo de simulación creado por los investigadores no le da tanta importancia a este factor escuelas. “Con la reapertura de los colegios los números suben un poco”, admite Moreno. “Apenas abran puede haber un brote secundario, pero luego baja”. Una manera de gestionar mejor este riesgo sería aumentar hasta el 50% de los contactos el rastreo, apunta el estudio.
“Pero hay que tener en cuenta que la mayoría de los contactos (y por lo tanto posibilidad de infeción) se dan a la hora de comprar, consumir comida, acudir a un evento, trabajo... Ahí es donde te juntas con gente muy diferente y son esos eventos los que hay que monitorizar”, apunta Moro. “La segunda ola es inevitable. La cuestión no es pararla, sino minimizar su efecto en el sistema de salud”.
Los tests, cuanto antes mejor
Según las cifras oficiales, la capacidad de hacer tests ha aumentado tanto que ahora mismo el sistema es capaz de detectar “al 60%-70% de los casos positivos y antes sólo eran el 10%.” La cuestión radica también en cuándo se detectan esos positivos.
“Nosotros en nuestro estudio decimos que hay que detectar al 50% de los infectados en los dos primeros días en los que presentan síntomas. En España estamos tardando más y eso quiere decir que cuando tienes un positivo, esa persona ha estado circulando más tiempo, con lo cual la cuarentena y el rastreo es menos efectivo que si se hubiera detectado antes”, argumenta Moreno.
El factor comportamiento humano
Imaginemos que España es capaz de cumplir con los requisitos mínimos que indican los investigadores sobre detección y rastreo. ¿Será suficiente? No, y aquí entra el elemento del comportamiento humano, tan relevante durante las epidemias. ¿Cuántas de las personas que reciban una alerta del sistema de salud o de la ‘app’ Radar Covid se autoaislarán en su casa como medida de precaución?
“Esta segunda oleada tiene mucho de comportamientos que tenemos que adaptar, dejar de hacer o empezar a hacer”, explica Moro. “Esta cuestión es cada vez más relevante y habrá que hacer campañas de concienciación a la sociedad para que se instale la aplicación móvil, hay que diseñar estrategias de salud pública... Lo de antes ya no vale. Tenemos que participar en un problema de salud pública, como con las vacunas. Esto es algo parecido”.
La ciudad de Boston en un ordenador
Para poder concretar las cifras de tests y rastreo, los investigadores han contado con datos de movilidad de 85.000 personas en Boston. Esa información se ha completado con el censo para recrear la ciudad. El resultado se conoce técnicamente como ‘población sintética’. “Es como si tuvieses Boston en tu ordenador”, explica Moreno. “Pensamos que nuestros resultados se pueden aplicar a otras grandes ciudades. No creemos que existan grandes variaciones”.
Con ese simulador real de la ciudad, los investigadores introducen el coronavirus con sus principales características del propagación. El Gobierno de Aragón ha encargado a Moreno que haga algo parecido con datos de España. “Vamos a construir una sociedad artificial que sea representativa de la real y simular una ola de Covid para Zaragoza y algunas grandes ciudades”.