"Bueno pues aquí va un pequeño hilo sobre lo que significa vivir un embarazo en pandemia". Así comienza el relato en Twitter de Clara Marín, embarazada por segunda vez en medio de una crisis del coronavirus que parece no tener fin. En un hilo con el que decenas de madres se han sentido identificadas en los comentarios, esta periodista pone el dedo en la llaga sobre como el coronavirus ha limitado las visitas con acompañantes al ginecólogo o a la matrona.
Clara ha hablado con NIUS sobre la experiencia. Comenta que aunque a ella, a nivel personal no le supone un gran obstáculo, le molesta que se deje solas a las mujeres "en un momento tan vulnerable". De hecho, al principio de su embarazo ella misma tuvo un "susto" por el que acudió a urgencias. "Allí tuve que estar sola. Estaba dentro yo, llorando, pensando que estaba teniendo un aborto, sola", relata.
Como apunta la murciana y confirma el testimonio de otras mujeres en los comentarios del hilo, recibir una mala noticia sobre el estado del bebé puede generar un estado de shock. Por lo que es importante contar con una persona con la cabeza fría, que pueda digerir la información.
"No es solo por gusto. Tener una cara conocida, alguien que te dé la mano, te ayuda muchísimo", explica Clara, que también traslada esta crítica a otros casos como los de las personas dependientes o los pacientes oncológicos. Considera que esta falta de acompañamiento, puede tener un impacto en la salud mental de la futura madre y aumentar el riesgo de una depresión postparto.
"El hecho de que las mujeres tengamos que estar solas mientras nos hacen la ecografía no solo es injusto para la pareja, que suele ser el padre de la criatura", denunciaba, asimismo, en su publicación original. Sobre todo cuando en la mayoría de los casos ambas personas forman parte de la misma burbuja de convivencia. A ella ya le pasó en su primer embarazo, que notaba a sus ginecólogos reacios a la presencia de su pareja: "Creo que esto ha sido una oportunidad para quitárselos de encima".
Otro punto sobre el que Clara hace hincapié es que, también por la covid, en su centro de salud se han suspendido las llamadas clases preparto. Aunque en su caso concreto ya las tomó en su día por su primera hija, se pone en la piel de las madres primerizas, que necesitan esas sesiones para saber cómo curar el ombligo al bebé, adquirir nociones básicas sobre lactancia, aprender a empujar para el alumbramiento, etc.
La murciana aclara que entiende el motivo por el que se establecieron estas medidas anticovid, pero considera que a estas alturas de la pandemia, con la alta tasa de vacunación entre sanitarios y civiles, estos protocolos deberían revisarse. "Los pacientes también tienen derechos", señala con firmeza.
Unas quejas de las que se han hecho eco muchas madres y padres, pero también varias cuentas adscritas a profesionales sanitarios como la popular @EnfermeraSaturada, gestionada por Héctor Castiñeira.
"Año y medio después, y con una gran parte de la población vacunada, hay protocolos que no se han tocado desde marzo de 2020 y a los que habría que dar una vuelta. En su día tenían sentido, hoy muchos de ellos son una excusa para el ahorro", añade este enfermero gallego.
Para Clara además sería importante que se ofreciese información más detallada sobre cuestiones como quién puede estar en el parto o si debe llevar mascarilla, con cierta antelación. Ella, en la semana 36 de gestación -cuando no es raro que alumbramiento se adelante- todavía no sabe cuál es el proceso de manera pormenorizada.
"Estoy leyendo testimonios de personas que han estado cuatro horas sin epidural, esperando el resultado de la PCR. Si yo sé eso, me organizo y acudo antes al hospital", ejemplifica. Y tampoco hay recursos oficiales con información divulgativa sobre las normas que se siguen, algo que para Clara aportaría "tranquilidad mental" a las futuras mamás.
Fuentes sanitarias consultadas por NIUS reconocen que en momentos recientes de la pandemia, como en las dos últimas olas, se ha restringido más el acceso a los acompañantes, sobre todo en consultas rutinarias. En otras épocas, con menor incidencia, se ha sido más flexible. Aunque detallan que los protocolos pueden variar dependiendo de la comunidad y también de cada hospital.
Una realidad a la que aluden varias respuestas al hilo original. A Clara todo esto le ha ocurrido en el Hospital de Virgen de la Arrixaca de Murcia -aunque en estos momentos ya se admite la entrada a las ecografías con un acompañante-, mientras que usuarios de otras regiones como Euskadi, Andalucía, Baleares o Cataluña recalcan a ellos no les ha pasado. Esto en centros de la red pública.
Pero, en la privada, donde Clara decidió hacerse dos consultas privadas -una en Murcia y otra en Canarias-, no tuvo problema para que su pareja entrase. "Sin ni siquiera pedir un test de antígenos. ¿Es que porque pague 100 euros por la visita ya no hay covid?", se pregunta. Una vez más, en los comentarios se repite esta experiencia y algunos usuarios incluso señalan que han decidido llevar todo el seguimiento por la privada por este motivo.
Para Clara, el impacto del hilo le causa una mezcla entre agradecimiento por el apoyo, rabia por ver que les ha pasado a otras mujeres y miedo por las limitaciones que pueda tener en su alumbramiento. "Yo cuando nazca mi hija, si tengo que llevar mascarilla, me la bajaré, me la comeré a besos y me la volveré a subir. Es instinto humano", concluye.