Hace un año conocimos la hermosa historia entre un bello cisne del Monasterio del Escorial y Raúl, un jardinero de Patrimonio Nacional. La relación de complicidad y cariño que había entre el animal y el cuidador nos conmovió a todos y dio la vuelta al mundo. Ahora un año después conocemos el desenlace de su historia.
En el ayer de hace un año conocimos esta historia. Raúl iba cada día a ver al cisne al estanque del jardín de Los Frailes desde que llegó siendo un polluelo. Poco a poco se fue ganando su confianza cada día tenían una cita en las escaleras. Al jardinero y el joven cisne les gustaba estar juntos y parecían compartir confidencias. Tal era la cercanía que el cisne le abrazaba con su largo cuello y hasta le susurraba en la oreja.
A este cisne del lago nunca le pusieron un nombre aunque sí estaban esperando a que creciese para que le acompañase una hembra y no estuviera sólo. Sin embargo, hace unos días el cisne voló. Se fue. Quizás buscando otro amor, recordando su ayer pero deseando un mañana.