José María Maestre: "Si quitan carreras de Letras, tendremos los mismos parados pero más tontos"
El catedrático de Filología Latina y presidente de la Sociedad de Estudios Latinos asegura que "pedirán la dimisión de todo rector que apoye la supresión de estudios de humanidades"
¿Eliminar carreras de letras para que haya menos paro? Cuando se le hace esa pregunta a José María Maestre, catedrático de Filología Latina en la Universidad de Cádiz y presidente de la Sociedad de Estudios Latinos, la primera palabra que le viene a la boca es "barbaridad".
Y no es una palabra usada a la ligera, porque como nos cuenta en esta entrevista, bárbaro era una palabra ya usada por griegos y romanos para designar a los que no sabían hablar esas lenguas. Si los rectores -entre los que no se encuentra el de la Universidad de Cádiz, puntualiza- sostienen esa eliminación, serán, carga, los nuevos bárbaros.
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Pregunta. ¿Suprimir carreras de Letras disminuiría el paro?
Respuesta. Hay paro en España, como lo hay en todas partes del mundo. Lo que hay que buscar son fórmulas para atajar esto, y para que nuestra juventud tenga el derecho constitucional al trabajo. Pero una cosa es eso, y otra cosa que la solución sea ni más ni menos que eliminar las humanidades, y todas aquellos estudios que no parezcan útiles en el sentido económico. Si eliminamos los estudios de humanidades tendremos los mismos parados pero más tontos.
P. ¿Cómo calificaría esa posibilidad, apuntada por los rectores?
R. La palabra bárbaro se acuñó ya en Grecia para designar a aquellos que no sabían hablar griego. Los romanos la usaron en el mismo sentido para quienes no sabían latín. Cualquier político, cualquier académico, que pretenda eliminar el estudio de esas lenguas entraría, automáticamente, dentro de la denominación de bárbaro. Si los rectores apuestan por eso serán los nuevos bárbaros, y la historia los juzgará como tales. Pediremos la dimisión de todo rector que apoye eso. Si vis pacem, para bellum.
P. ¿Cree que es posible una educación que no incluya el conocimiento de las humanidades?
R. Las humanidades lo que enseñan, sobre todo, es a pensar. Amueblan muy bien la cabeza para que podamos responder a los problemas actuales, a nuestra manera de comportarnos, a nuestra ética, y si desaparecieran, el mundo que podría venir sería inimaginable. Nos encontraríamos con algo que no podríamos calificar de humanidad. En un momento en que el ser humano está incorporando la inteligencia artificial y los robots a su vida, es cuando más debe prepararse para diferenciarse de las máquinas. Las máquinas no pueden entrar en los terrenos que pertenecen a la fibra, a los sentimientos, al corazón, de lo que es el ser humano. En una sociedad futura que puede ser de ocio, porque las máquinas pueden llegar a trabajar por el ser humano, lo que hay que hacer es potenciar las humanidades. Si no, entraríamos en un un mundo en el que no habría diferencias entre las máquinas y los seres humanos.
P. ¿Cuales son las salidas laborales de las humanidades?
R. Le responderé desde el terreno del estudio de las lenguas clásicas. Hay muchas empresas, tanto en España como fuera de nuestro país, que a la hora de escoger líderes para esas empresas prefieren profesionales de clásicas y humanidades, porque para armonizar, para convencer con la retórica, para pensar, los profesionales de las humanidades pueden ser incluso mejores que los de ciencias.
"Para armonizar, para convencer con la retórica, para pensar, los profesionales de las humanidades pueden ser incluso mejores que los de ciencias"
P. ¿Son rentables esos estudios para la sociedad?
R. Esa pregunta nos llevaría a un falso debate. Eso sería como preguntarse si son rentables los hospitales. Evidentemente, no lo son pero, sin embargo, tienen que existir. Hay que entrar en el terreno de la utilidad de lo aparentemente inútil. No tener claro esto por parte de los rectores sería un desastre para toda la Universidad española.
P. Ustedes han pedido que el latín y el griego sean considerados por la UNESCO patrimonio cultural de la humanidad.
R. Hace ahora un año le pedimos al Congreso que instara al Gobierno para que solicitara esa declaración por parte de la UNESCO. Francia, Portugal, Grecia, México, Ecuador, se han unido a esa petición para luchar por lo mismo. El problema de la consideración de las humanidades no es un problema de España, es un problema de todo el mundo.