El Gobierno catalán permitirá que una persona acompañe en el momento final de la vida a una persona mayor o a un enfermo y que los familiares puedan contactar diariamente con los pacientes ingresados por coronavirus en hospitales, pabellones y hoteles. Este permiso para acompañar a familiares a punto de morir llega después de tres semanas de confinamiento en las que prácticamente todas las personas fallecidas por el COVID-19 lo han hecho en la más completa soledad.
El cambio en este aspecto del confinamiento se contempla en un plan de acción de apoyo emocional y estrés agudo a los ciudadanos que ha sido anunciado este lunes por la consejera de Salud, Alba Vergés, tras la reunión diaria del Procicat, junto con los consejeros de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, Chakir el Homrani, de Presidencia, Meritxell Budó, y del Interior, Miquel Buch.
Por otra parte, Vergés ha anunciado la llegada este pasado fin de semana de diverso material de protección como casi un millón de guantes, más de 35.000 monos buzo y unas 20.000 gafas de protección, así como otros 19.000 test rápidos comprados por el Govern.
También han llegado los 180.000 test de tipo serológico enviados por el Ejecutivo central a Cataluña y que se prevé que se destinen a las residencias geriátricas a través de los centros de atención primaria, según ha indicado la consejera, aunque de momento no se han repartido.
A día de hoy, Cataluña tiene en total a 1.512 enfermos de coronavirus ingresados en las unidades de cuidados intensivos de los diferentes hospitales catalanes, lo que supone el 85% del total de la capacidad de 1.970 camas de UCI disponibles.