Después de que un vehículo comenzara a arder junto a la N-502 (Ávila-Córdoba) el pasado 14 de agosto, la desolación se ha apoderado de los municipios de Navalacruz y Cepeda de la Mora donde las autoridades autonómicas aseguran que cerca de 22.000 hectáreas han quedado completamente calcinadas por el incendio.
La cifra estimada por la Junta de Castilla y León coincide con la imagen captada por los satélites que según el Servicio de Gestión de Emergencias Copernicus muestran una total devastación en la zona.
El viento, las altísimas temperaturas de los últimos días y la falta de humedad han provocado la tormenta perfecta para que, en menos de una semana, la superficie afectada por el incendio esté cerca de llegar a los 200 km cuadrados.
Estos datos han sido anunciados un día después de que la Junta haya rebajado el nivel de peligrosidad, ante la "mejoría generalizada de la situación", después de seis días de intenso trabajo por parte de un enorme dispositivo del que formó parte hasta el jueves la UME, cuyos efectivos ya se han retirado.
Actualmente, el incendio, que continúa activo, se encuentra en un nivel 1 de peligrosidad en una escala de 0 a 3, tras permanecer en nivel 2 durante cinco jornadas en las que cerca de un millar de vecinos fueron desalojados de sus casas en tres municipios.
Desde la Junta de Castilla y León se dio el jueves por controlado el extenso perímetro del fuego, dentro del cual se siguen originando pequeñas reproducciones que son sofocadas por el amplio operativo que aún continúa en la zona. Actualmente trabajan en la definitiva extinción de las llamas seis medios aéreos de distintas comunidades autónomas; 4 técnicos; 9 agentes medioambientales; 6 cuadrillas de especialistas en la lucha contra incendios forestales (ELIF); 2 Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF); 2 bulldozer; 11 autobombas; 12 cuadrillas de tierra y un Puesto de Mando Avanzado (PMA).