Fue una persona que caminaba por una pista cercana a una playa de Muxía (La Coruña) quien dio la alerta a emergencias y con ella a la Guardia Civil. El hombre que tocaba el claxon que le había pedido auxilio dentro de una furgoneta blanca, con sangre en los brazos, era el más buscado desde las 9 de la mañana, cuando en Vimianzo, a unos 15 kilómetros de allí, presuntamente apuñaló varias veces en el cuello a su expareja y huyó dejándola malherida. Se había autolesionado, pero también arrepentido de hacerlo. Fue trasladado al hospital de Cee, pero por una complicación después se lo llevaron al hospital de A Coruña, donde permanece ingresado y bajo custodia de la Guardia Civil. Podrían darle el alta pronto.
Su víctima Montse, también evoluciona favorablemente en el complejo hospitalario de Santiago, aunque se temió en los primeros momentos por su vida. Ha superado la cirugía y no parece tener lesiones medulares. Su familia vive su situación con angustia, cuenta una compañera del Sindicado Unión Agrarias, al que pertenece Montse y en cuyo local de Vimianzo ocurrió la agresión machista. Sus vecinas y conocidas confirman que el hombre la acosaba. Había roto a primeros de año, pero él “seguía encima”. Se había mudado a un edificio frente al que ella vive y la espiaba por la ventana, aseguran.
A Javier Miñones . El caso se archivó, según fuentes judiciales. Aunque al producirse la lesión y la huida de presunto agresor, se activó la protección de esta mujer, que se mantiene a un nivel acorde a la situación actual del detenido: ingreso hospitalario, pero que persistirá si queda en libertad con cargos, según Subdelegación del Gobierno en A Coruña.