La policía científica sigue rastreando en Traspinedo la casa de Óscar, el principal sospechoso en el caso de Esther López. El amigo de la joven fallecida fue la última persona que la vio con vida y la Guardia Civil está buscando pruebas. Ya son tres los días de registros en la vivienda. El objetivo es tratar de encontrar restos de ADN en la casa que puedan certificar la presencia de la joven la noche de su desaparición, de 12 al 13 de enero. También cerca del lugar donde se perdió el rastro de su teléfono móvil por última vez.
La investigación continua bajo secreto de sumario. Se prevé que mañana, casi tres meses después de la desaparición de Esther López, haya una concentración en recuerdo a la joven y en apoyo a su familia.
Durante todo el finde semana, el chalet de Óscar, que estuvo presente en la primera inspección, ha sido rastreado palmo a palmo en busca de algún rastro que pueda aclarar si Esther López estuvo la noche que falleció en casa de su amigo. En la declaración ante la Guardia Civil, Óscar mantiene que dejó a su amiga en el cruce tras una discusión porque ella quería seguir de fiesta y él no. A partir de ahí se le pierde la pista a la joven y la policía científica busca pruebas que puedan resolver qué le pasó a la joven.
La Guardia Civil cree que Esther López pudo ser escondida en casa de Óscar antes de ser abandonada en la cuneta de la carretera. Esa es la razón por la que se está llevando a cabo un exhaustivo rastreo en la vivienda del único sospechoso del caso. Durante este lunes van a seguir con la tercera jornada de registros en el chalet de Óscar en la localidad vallisoletana de Traspinedo.
Esther López fue hallada muerta un mes después de su desaparición y con muestras claras de haber sufrido un atropello, con la cadera rota, un latigazo cervical y la rotura del bazo, y si hubiera sido asistido se podría haber evitado su muerte. Óscar es el único sospechoso después de haber encontrado muestras de ADN en el maletero de su coche y se siguen buscando marcas en el exterior del vehículo que pueda evidenciar un atropello. De momento no hay pruebas concluyentes y la Guardia Civil ha señalado que es un caso complejo y que tardará aún un tiempo en resolverse.
El registro lo realiza el Equipo Central de Inspecciones Oculares, que busca la obtención de pruebas forenses que ayuden a que la investigación pueda seguir avanzando. Con este mismo objetivo, han apuntado las fuentes, la Guardia Civil sigue entrevistando a vecinos de la localidad que puedan aportar datos que complementen la investigación, aunque no hay ningún cambio procesal en cuanto a las personas investigadas.
Esther, de 35 años, desapareció el pasado 12 de enero y su cadáver fue hallado en una cuneta por un senderista el 5 de febrero en la localidad de residencia de la fallecida, Traspinedo (Valladolid).
Antes de encontrar el cuerpo sin vida se realizaron cuatro batidas por el pueblo, situado a unos 20 kilómetros de Valladolid, que concluyeron sin resultado, hasta que el paseante localizó el cadáver en la cuneta.
Los resultados preliminares de la autopsia revelaron que la mujer sufrió una rotura de cadera y múltiples magulladuras que indicaron la posibilidad de que hubiera sido arrastrada por un vehículo, sin que se conozca en qué momento pudo producirse.