Sara podría haber escrito cada una de las palabras que lee en la carta de la víctima de la manada. Comparten los mismos sentimientos de agradecimiento a la gente que las cuida y las ayuda a superar un suceso que deja marca. Ella fue violada hace once años. Sabe cuál es el estigma, el sentimiento de culpabilidad que surge tras el ataque. Pero también defiende la necesidad de denunciar como acto que ayuda a visibilizar un problema y a que la sociedad tome conciencia.