David S.O, vecino de Beniel (Murcia), acabó con la vida de su hijo de 11 años antes de ahorcarse. El parricida, que tenía una orden de alejamiento por malos tratos contra su mujer, seguía contando con un régimen de visitas para ver al menor -dos días a la semana durante dos horas-. Fue en una de estas cuando cometió el crimen. Su expareja Laura ha escrito meses después del asesinato del niño una carta para que haya “un cambio de leyes ya”.
“Soy una mujer, pero sobre todo una madre que le escribe desde el dolor más desgarrador que hay: el de que te asesinen a un hijo. Al mío lo asesinó un monstruo, su propio padre”, comienza escribiendo en una carta que publica íntegramente La Opinión de Murcia.
El 25 de julio, su expareja acabó con la vida de su hijo aprovechando una de las visitas. Eran las 23.00 horas de ese día cuando se dio aviso a los agentes del Instituto Armado. El niño no había sido entregado a la madre hacia las 20.30 horas, como estaba estipulado. Ante el temor de la familia de que pudiera haberle pasado algo al pequeño, se desplazaron hasta la vivienda del progenitor efectivos de Guardia Civil y Policía Local de Beniel, que consiguieron acceder a su interior con la ayuda de un cerrajero. Allí, encontraron el cuerpo sin vida del menor, que presentaba diversas heridas de arma blanca y estaba sobre un charco de sangre, y al padre, ahorcado en la cocina.
Los padres del pequeño estaban separados y existía una denuncia por malos tratos. Solo un mes antes del crimen, el hombre había sido condenado por el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Murcia por un delito de coacciones a su expareja, y se le impuso prohibición de aproximación a ella. Dos semanas más tarde, le condenaron por quebrantar la orden de alejamiento, pero, tal y como pidió la defensa, suspendieron la pena de prisión de cuatro meses.
Dos semanas más tarde, en un juicio rápido celebrado el 19 de junio, fue condenado por quebrantamiento de la orden de alejamiento, después de que reconociera que se había acercado a la casa buscando al mayor de sus hijos. La pena de prisión de cuatro meses quedó suspendida, tal como pidió la defensa, a lo que no se opusieron las acusaciones.
Laura pide al monarca, por tanto, “que haga lo que esté en su mano para que la Justicia española cambie”. “No queremos que, cuando maten a un niño, mujer u hombre, le pongan de condena 20 años y a los 10 ya tengan permisos de salida. Nuestros hijos nunca saldrán de donde están”, añade.
Además, haciendo referencia explícita a los hombres que cuentan con denuncias por violencia de género, la mujer insta a “que pongan una mayor protección a los niños inocentes”.
En este sentido, recuerda: “Al mío nadie lo protegió porque no veían riesgo, no veían que él se había saltado ya una orden de alejamiento y aun así tenía que irse con su padre”.