El Real Automóvil Club de España – RACE presenta el Informe EuroRAP 2019, programa europeo de evaluación del riesgo en carretera, en concreto el de las vías que forman parte de la Red de Carreteras del Estado (RCE), teniendo en cuenta la evaluación de los siniestros durante los tres últimos años, su gravedad y su relación con las características de la vía. El resultado se estructura según un “Índice de Riesgo”, definido como el número de accidentes mortales y graves ocurridos en un tramo en relación al número de vehículos que pasan por él. Es decir, calcula los tramos de carretera en los que es más probable que una persona sufra un accidente.
En este sentido, son tres las Comunidades Autónomas que sacan peores resultados. En Aragón, uno de cada cuatro tramos analizados de los pertenecientes a la RCE posee un riesgo elevado de accidente (25,98%), muy por delante de Castilla y León (13,66%) y Cataluña 12,71%).
Existe algo más peligroso que un tramo de riesgo elevado en un informe: aquellos que repiten año tras año. En el informe 2019 existen tres tramos en la categoría negra, la peor de todas, y que ya estaban presentes entre los más letales tanto en 2018 como en 2017.
Dentro de estos tramos, cabe destacar el tramo con mayor índice de riesgo, correspondiente a carretera N-642 entre los kilómetros 0,0 y 8,2 (cruce con la N-640 y cruce con la N-634 en Ribadeo) pues en sus 8,2 kilómetros de longitud se han producido en el periodo 2016-2018 un total de 3 accidentes con un resultado de 3 heridos graves, siendo por tercer año consecutivo un tramo considerado como de “Riesgo Alto”. Destacar que dos tercios de estos 3 accidentes mortales y graves de la N-642 corresponden a usuarios de ciclomotores y motocicletas. Asimismo, reseñar que es este tramo de la N-642 es además el segundo tramo con mayor valor del índice en 2019, precedido únicamente por el tramo de la carretera N-541 comprendido entre los kilómetros 23,5 y 33,6.
El RACE reclama al Ministerio de Fomento la revisión de estos tramos y la aplicación de medidas concretas, ya que se encuentran perfectamente localizados y, lejos de ser circunstancias aisladas, son lugares en los que los automovilistas están en serio peligro de sufrir un accidente grave.
El informe EuroRAP 2019 señala ocho tramos dentro de la categoría negra, siendo el de la N-541, entre el kilómetro 23,5 y el 33,6, en la provincia de Orense, como el más peligroso de España.
Además, existen otros 53 tramos de riesgo de categoría ‘roja’ (con índice de riesgo entre 50 y 90, para un total de 61 tramos en la RCE que comprometen la seguridad de los conductores y sus acompañantes.
En estos 61 tramos se han producido 100 accidentes mortales y graves que han dejado 31 fallecidos y 95 heridos graves durante el periodo en estudio, lo que supone una media anual de 33 accidentes mortales y graves, 10 fallecidos y 32 heridos graves. La Intensidad Media en estos tramos es de 4.095 vehículos al día
En términos generales, aunque los datos siguen siendo alarmantes, cuentan con una gran mejoría con el paso de los años ya que, a pesar de un ligero repunte en el informe de 2019, desde que se realiza este informe (2009) se han reducido los accidentes mortales y graves de 11.404 hasta 4.023.
El 15% de los tramos con radar tienen Índices de Riesgo Alto o Medio-alto, proporción superior a los tramos sin radar (8%). También se observa la influencia de la existencia de radar en zonas donde se ha detectado una elevada accidentalidad en el hecho de que 32 de los 50 tramos de Riesgo Alto cuentan con radar.
Una de las malas noticias del informe EuroRAP 2019 vuelven a ser las motocicletas. En esta oleada, más del 25% de accidentes graves registrados corresponden a vehículos de dos ruedas, a pesar de que su porcentaje de uso es muy inferior al de los coches.
Existen ciertos tramos donde se produce una mayor accidentalidad de los usuarios de motos, y en algunos, esta siniestralidad la sufre en exclusiva el colectivo de usuarios de ciclomotor y motocicleta. En estos casos, existen principalmente dos tipos de vías consideradas de mayor riesgo: por un lado, vías de alta capacidad donde existe un alto tráfico de motoristas; por otro, tramos de carreteras convencionales en un entorno de montaña con curvas y cambios de rasante, utilizados por este colectivo especialmente en fines de semana. En este tipo de vías la lesividad del motorista es mayor debido a los menores niveles de seguridad pasiva.
El caso opuesto lo encontramos en los vehículos pesados, presentes en cerca del 20% de los accidentes mortales y graves, si bien esta tendencia se va reduciendo a lo largo de los años, llegando a representar el 17,87% en el último año del presente informe.