De pequeño héroe a atracador suicida en Cangas de Onís
Ha pasado cerca de medio siglo y en Miranda de Ebro, Burgos, todavía recuerdan la hazaña de su vecino. Era el verano de 1970 cuando Juan Carlos Sahagún se convirtió en el pequeño héroe del pueblo al lanzarse al río Ebro para salvar a dos niños que se estaban ahogando. Su coraje fue premiado en la Operación Plus Ultra, que reconocía el valor de los menores de la época. Pero la buena fama de Juan Carlos duró poco y acabó acumulando cincuenta delitos de robo, tenencia ilícita de armas, conducción temeraria y fugas de las cárceles de las que entraba y salía con frecuencia. Su último golpe fue hace seis años cuando atracó un hospital de Palencia e intentó huir en coche hasta que un accidente frenó su escapada. Cuando los agentes se le echaron encima ya le conocían como el preso que a finales de los ochenta estuvo tres días escondido en el falso techo de la cárcel de Santoña en un intento de fuga. En sus últimos días de libertad había vuelto al pueblo. Algunos lo vieron el lunes en un bar. Le llamaban "El Rifle" y, al día siguiente, atrincherado en un banco de Cangas de Onís, obsesionado con no volver a la prisión, apretó el gatillo para quitarse la vida.