El 'Callejón de los negros': cuando Cádiz fue esclavista

  • En el siglo XVII Cádiz llegó a tener un diez por ciento de población esclavizada

  • El envío de esclavos a Cuba y Puerto Rico se mantuvo hasta 1866

Junto al puerto de Cádiz, un estrecho callejón pasa casi desapercibido, pero si se levanta la vista su rótulo intriga al paseante. 'Callejón de los negros' se llama, y hay quienes afirman que era la calle que los esclavos negros llegados al puerto de Cádiz debían recorrer para llegar al almacén en el que serían subastados.

Todavía en 1846, los periódicos de las colonias anunciaban estas ventas. Con el abandono de la trata por parte de Inglaterra y Portugal a principios del siglo XIX, España siguió enviando esclavos a sus colonias hasta 1866. En este terrible tráfico, una ciudad se convirtió esos años en un punto importante del tráfico de esclavos: Cádiz.

En medio del debate sobre qué hacer con esa parte de nuestro pasado, hablamos con el historiador gaditano Manuel Jesús Izco, autor de una obra de referencia sobre el tema, Amos, libertos y esclavos. Con él viajamos dos siglos atrás, cuando algunas de las estatuas, que hoy se quieren derribar por su relación con el esclavismo, no eran de piedra.

En Cádiz se estima que en torno a un diez por ciento de la población, en ese siglo, era esclava. Uno de cada diez gaditanos estaba sujeto a servidumbre, un porcentaje altísimo en comparación con otros lugares de Europa

Pregunta. ¿Cómo se convierte Cádiz en uno de los puntos del tráfico de esclavos más importante del siglo XIX?

Respuesta. Los ingleses y portugueses, que eran las grandes potencias de la trata de esclavos dejan, desde finales del siglo XVIII, de suministrar esclavos a sus colonias, y a las colonias españolas. Ese papel lo asume entonces España. Nuestro país, que había tenido un papel secundario en el tráfico de esclavos, se convierte en esos años en primario.

Yo tengo documentados casos de vecinos de Puerto Real y la bahía de Cadiz, a fines del XVIII, que son auténticos traficantes de esclavos, son negreros. De uno de ellos hay una licencia para transportar 500 negros de Brasil a Buenos Aires y Montevideo. Luego, cuando se retiran ingleses y portugueses, ese papel lo asumen los españoles y Cádiz empieza a abastecer de esclavos a nuestras colonias.

P. ¿Qué importancia tenía el negocio de la esclavitud en Cádiz?

R. Desde el siglo XVII Cádiz siempre fue un lugar donde el comercio de esclavos tuvo una importancia muy grande. En Cádiz se estima que en torno a un diez por ciento de la población, en ese siglo, era esclava. Uno de cada diez gaditanos estaba sujeto a servidumbre, un porcentaje altísimo en comparación con otros lugares de Europa. Se estima que entre 1650 y 1750 se llegaron a vender en Cádiz, en la propia ciudad, diecisiete mil personas. Solo en la ciudad, en la bahía muchos más. A la bahía de Cádiz acudían barcos de todas las nacionalidades a vender seres humanos, como un producto más. La mayoría eran esclavos domésticos, un elemento suntuoso para las élites locales.

P. El Cádiz que trafica con esclavos es a la vez la ciudad ilustrada y liberal que alumbra nuestra primera Constitución. ¿No es una extraña paradoja?

R. Es complejo. Estamos realmente en un cambio de mentalidad que acabará en la abolición de la esclavitud. Desde principios del XVIII la esclavitud en la ciudad está ya en decadencia, en el XIX ya casi no hay esclavos, pero sin embargo si se contempla como normal el que desde Cádiz se lleven esclavos a las colonias americanas de Cuba y Puerto Rico. Es cierto que existe esa paradoja entre una sociedad que ya ve con malos ojos el poseer esclavos en propiedad, y sin embargo si permite ese tráfico porque esa mano de obra todavía era fundamental en las colonias.

La esclavitud fue una realidad en todas las sociedades de la antigüedad. Siempre hubo voces que no veían natural que unas personas estuvieran sujetas, esas voces han existido incluso desde la época clásica, pero eran una minoría

P. Han pasado poco más de 150 años. La idea de la esclavitud resulta aborrecible. Pero el debate, abierto a partir de los últimos acontecimientos, va más allá. ¿Hay que revisar ese pasado de una forma más crítica? Se lo pregunto mientras caen estatuas de sus pedestales, de personajes relacionados con el esclavismo.

R. La esclavitud fue una realidad en todas las sociedades de la antigüedad, algo completamente asumido como normal. Igual que en la edad moderna en España había esclavos procedentes del norte de África y de la zona del imperio turco, también en esas zonas había esclavos españoles, como el caso, muy conocido, de Miguel de Cervantes.

Siempre hubo voces que no veían natural que unas personas estuvieran sujetas. Esas voces han existido incluso desde la época clásica, pero eran una minoría. Era un hecho asumido y normalizado hasta épocas muy recientes. Ahora sabemos que no era adecuado, nuestra mentalidad esta condicionada por el avance de los derechos humanos, pero no podemos juzgar el pasado con los ojos del presente. Afortunadamente, la realidad ahora es muy distinta.

P. ¿Qué hacemos entonces con las estatuas de los esclavistas?

R. No conozco, ni en Cádiz ni en Andalucía, ninguna estatua levantada a un traficante de esclavos. Otra cosa es que haya alguna estatua de personajes que fueran propietarios de esclavos, que sería lo más normal. Si nos ponemos a buscar nos podemos ir hasta el propio Velázquez, el pintor más insigne de España, que era propietario de esclavos, y uno de sus esclavos, Juan de Pareja, fue discípulo suyo y pintor.

Es muy probable que en nombres de calles o estatuas nos encontremos con personajes que fueran propietarios de esclavos, pero de traficantes no conozco ninguna. Si nos ponemos a revisar todo podemos llegar a los romanos. Ahí tenemos sus estatuas y nadie se plantea su moralidad.

No conozco, ni en Cádiz ni en Andalucía, ninguna estatua levantada a un traficante de esclavos. Otra cosa es que haya alguna estatua de personajes que fueran propietarios de esclavos

P. ¿Y contextualizar esos monumentos, como propone la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con la estatua de Colón?

R. Me parece una aberración. Contextualizar desde una mentalidad actual es muy complicado y luego, que se contextualice justo la faceta esclavista de Colón, una faceta que, además, no está documentada, no es precisamente lo que hay que contextualizar de Colón, ni mucho menos.